Democracia totalitaria

democracia totalitaria

Mientras la Plataforma Sanchista de Obedientes Embusteros recoge velas tras su congreso de culto y loas al Conducator Pedro, la España democrática está a punto de extinguirse de manera definitiva, si los planes del gobierno más corrupto y criminal de nuestra historia se consuman. El asalto al Supremo es cuestión de tiempo, y cuando eso llegue, nada evitará que Sánchez controle el Estado como se ha hecho siempre en toda dictadura liberticida: con barniz democrático, popular y revolucionario. El plan de la banda sigue su curso y para su capítulo final, necesita de la continuada apatía social y de la mansedumbre de la oposición, que sigue sin entender su papel y lo que la nación exige en estos momentos de extrema urgencia, una por acción contraria a su pertinencia sociológica (permanecer quieta y callada) y otra por omisión a su responsabilidad ideológica (dar la batalla cultural).

Por su parte, la izquierda avanza en su impostura universal: predicar lo que no es y vender lo que no hace, con la esperanza de que su control educativo y su manipulación mediática siga teniendo los millones de fieles creyentes que les ha acompañado desde entonces. Después de cepillarse a Lobato, enésimo caído en la batalla por Madrid, Sánchez elige a otro delfín, más sumiso y de su cuerda que el anterior. Y para no perder la seña de identidad propia de la casa, lo pone a combatir a Ayuso como mejor hace el sanchismo, con difamación, señalamientos y bulos.

Óscar López es el prototipo de funcionario de la mentira, de bulócrata avant la lettre, superviviente de Zapatero y Rubalcaba y reciclado por Sánchez en Paradores, ese entramado de hoteles públicos que pagamos todos y que este insigne socialista quebró con más de trescientos contratos a dedo investigados por el Tribunal de Cuentas. Tan espectacular trayectoria de opacidad, mala gestión y malversación de fondos debía recoger sus frutos pronto y por eso, el Duce de Moncloa le nombra candidato para enfrentarse a la presidenta in pectore de los populares. Ya la forma de presentarse de López es un adelanto de lo que va a venir: dice que llega a Madrid para acabar con «el epicentro de la corrupción» y los negocios de la capital (sic). Sabe de lo que habla, lo siente cada día cuando se levanta con el argumentario presto y la excusa afilada. En Sol contienen las risas por prudencia.

Al margen de las purgas socialistas, propias de su esencia histórica, es pertinente que el lector interesado en saber qué hacen con su dinero Sánchez y Montero conozca la última felonía depredadora de la cueva de Alí Ferraz. En esa estrategia cansina de confrontación, difamación y mentira, el gobierno de las ochenta y una subidas de impuestos que está dejando tiritando a medio país, decide regalar en su último Consejo de Ministros tres millones de euros al municipio salvadoreño de Suchitoto para saneamiento de agua, y otros treinta y cinco millones para acción exterior no especificada, al mismo tiempo que los consejeros de RTVE del comisario López se suben el sueldo de 11.000 a 125.000 euros al año.

Lo peor de todo es que aún hay ovejas acríticas que siguen justificando que paguemos impuestos y aceptemos al saqueo fiscal porque hay que mantener la sanidad y la educación. No ha terminado de escribirse este artículo cuando el gobierno de los Kirchner de la Moncloa ya ha avanzado un paso más en su afán liberticida, y acaba de anunciar e imponer un registro de viajeros que limita la privacidad del ciudadano y empujará al sector de la hostelería a una crisis sin precedentes, con el consiguiente ajuste laboral que pagaremos todos. Ante este atropello a la intimidad personal y a la libertad de empresa, el presidente de la patronal y el líder de los autónomos, Antonio Garamendi y Lorenzo Amor, miran desde la barrera cómo saquean a sus representados mientras se fuman un puro con los onerosos sueldos que el gobierno les subvenciona. Su mansurrona complicidad también debe caer algún día. En definitiva, sólo el Rey y el Supremo quedan en pie como instituciones. Si el asalto a éste último se culmina, la Constitución Española se convertirá, de facto, en el Manual de Resistencia del Führer Pedro. Y ahí empezará la democracia totalitaria que siempre soñó.

Lo último en Opinión

Últimas noticias