Y de Ábalos, Koldo y Cerdán, ¿qué?

Cerdán
  • Graciano Palomo
  • Periodista y escritor con más de 40 años de experiencia. Especializado en la Transición y el centro derecha español. Fui jefe de Información Política en la agencia EFE. Escribo sobre política nacional

Félix Bolaños, a quien Óscar Puente le ha birlado todo protagonismo ante la neta superioridad del vallisoletano para estar en bronca permanente, ha conseguido, por fin, que el Consejo General del Poder Judicial desde su cargo de ministro de Justicia haya abierto diligencias contra el juez Peinado porque, al parecer y en opinión del ministro, el magistrado se sobrepasó con él cuando le tomó declaración como testigo en el caso Begoña.

«Es una manera de agradar a un ministro que se ha creído la encarnación suprema de la Justicia por parte del CGPJ, afirma un juez en ejercicio. Las diligencias quedarán en nada, a lo sumo una multita de 300 euros, y a correr. Pero, esa decisión servirá, sobre todo, para que El País, la Ser, y RTVE, puedan echar más mierda encima de un juez en instrucción».

Esto, que es lo último noticiable en relación con la permanente actualidad de los juzgados en relación con el Gobierno, nos lleva a que al iniciarse el curso político y judicial se tienen que tomar decisiones de singular importancia que afectarán, sin duda, al devenir del poder constituido.

Mientras avanzan las investigaciones respecto al aparato represor contra jueces, fiscales y periodistas que Ferraz, es decir, Sánchez, había encargado a la tal Leyre Díaz, otros magistrados y fiscales tienen que decidir qué hacer con el trío de la bencina, esto es José Luis Ábalos, Santos Cerdán y Koldo García. Cualquiera de los tres tiene explosivos suficientes para acabar de una tacada con la agonía gubernamental porque conocen y tienen pruebas suficientes para mandar a Sánchez directamente al averno.

De los tres, el que peor lo lleva es Cerdán, que ha pasado todo el verano entre rejas y no parece que, por el momento, el juez instructor esté dispuesto a soltarle. Lo tendría fácil: colaborar de una vez con la justicia y dejarse de paqueiradas, que nadie le cree a estas alturas de la película.

Ábalos, Cerdán, Koldo, Leyre, Aldama… Ha pasado el verano, se aproxima el otoño, pero ellos seguirán de protagonistas. ¿Tiene algo de extraño que Sánchez, temeroso, ofrezca la cara de enfermo que presenta? Al fin y al cabo, pese a lo que él cree de sí mismo, no deja de ser un hombre. Solo un hombre. Acorralado y sin salida.

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