El campo clama contra Sánchez

El campo clama contra Sánchez
El campo clama contra Sánchez

Este pasado domingo, los agricultores y ganaderos se manifestaron en Madrid contra el acoso del Gobierno, especialmente de alguno de sus miembros, contra su actividad económica. Miles de personas acompañaron la marcha de tractores por Prado-Recoletos-Castellana para evidenciar su hartazgo por los ataques a los que se ven sometidos desde el Ejecutivo.

El campo ha dicho “basta” ante las ofensas recibidas por parte del ministro Garzón, con sus manifestaciones en la prensa extranjera en la que venía a decir que la carne exportada por España era de mala calidad por ser procedente de animales maltratados. Posteriormente, el todavía, sorprendentemente, ministro de Consumo, se ratificaba en sus declaraciones, aunque trataba de excusarse diciendo que hablaba de macrogranjas. En cualquier caso, es intolerable que un ministro español cargue contra una actividad económica nacional. Además, no es la primera vez, pues las declaraciones de Garzón contra la carne o el sector son abundantes.

El problema es que aunque el Gobierno ha tratado inicialmente de marcar distancia con Garzón, no termina de ser claro, al tiempo que el presidente Sánchez lo mantiene en su puesto como ministro, cuando no puede estar ni un segundo más en él.

El problema de la izquierda es que siempre busca demonizar sectores económicos: lo hizo hace veinte años con la construcción, obviando la importancia en el crecimiento económico y el empleo que tiene dicho sector de actividad. Posteriormente, el mismo Garzón calificó al sector turístico y la hostelería de sectores de bajo valor añadido. Ahora, le toca al campo, a la agricultura y la ganadería, el turno del menosprecio gubernamental, cometiendo un grave error, al atacar a un sector que aporta 32.550 millones de euros y 710.900 puestos de trabajo a nuestra economía.

No se puede atacar así a ningún sector económico nacional, y menos a uno esencial para la misma como es el agrícola y ganadero. En muchas partes de España, como en Castilla y León -a ver qué dice la izquierda ahora allí, en las elecciones regionales- es importantísimo. Contamos en España con una calidad agrícola y ganadera excepcional, moderna y competitiva, cuyos profesionales trabajan de sol a sol, mirando al cielo, preocupados por plagas y enfermedades, cuidando de sus cultivos y sus animales. No detienen nunca su actividad, haga frio o haga calor; llueva, nieve o truene, ni en una época normal ni en esta época pandémica. Se desloman, literalmente, por un margen justo, con amor a su trabajo, garantizando un mínimo de suministro, tanto para consumo nacional como para la exportación al exterior. ¿Y qué reciben a cambio? Palos en la rueda, desprecio y manifestaciones ausentes de verdad por parte de miembros del Gobierno.

Por todo eso, este pasado domingo miles de familias del campo alzaron su voz contra tanto maltrato; protestaron contra Garzón, que tanto daño les hace, pero, en definitiva, clamaron contra el presidente Sánchez, que es el que mantiene al líder de Izquierda Unida en su cartera ministerial y, de esa manera, con los hechos no desautoriza a Garzón, sino que lo ratifica en su puesto. Una vergüenza.

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