Arabia Saudí aumenta la ofensiva diplomática suní frente a Irán
Bahréin y Sudán han cortado todas sus relaciones con irán, siguiendo el ejemplo marcado por Ryad el día anterior: Arabia Saudí incluso ha ido un paso más allá al día siguiente, cortando el tráfico aéreo y las relaciones comerciales con el país persa.
Los Emiratos Árabes Unidos, donde viven miles de iraníes, también han recortado algunas relaciones con Irán, cosa que no han hecho aún otros países del Golfo Árabe como Kuwait, Qatar y Omán.
Irán ha acusado a Arabia Saudí de haber utilizado el ataque a su embajada en Teherán como una “excusa” para cortar sus relaciones e incrementar las tensiones sectarias. El ministro de Exteriores de los Emiratos Árabes Unidos afirmó por su parte que Irán debe permanecer al margen de los asuntos árabes sin actuar como protector de los chiíes.
Las naciones aliadas de Arabia Saudí han amenazado con ralentizar sus esfuerzos en la solución al final en la guerra civil en Siria, donde prestan apoyos a los grupos rebeldes opositores a Bashar al Assad, el dictador aliado de Irán, además de Rusia.
El secretario general de la ONU Ban Ki-moon advirtió al ministro de Exteriores saudí Adel al Jubeir de que su decisión de cortar relaciones con Irán resultaba “extremadamente problemática”: Ki-moon no quiere que esta nueva disputa complique aún más la situación en Siria.
Algunas naciones occidentales, que surten de armamento por valor de miles de millones de euros a los países del Golfo Árabe, han tratado de rebajar las tensiones, pero también han condenado las ejecuciones que en Arabia Saudí siguen vigentes, con procesos judiciales duramente contestados por asociaciones vigilantes de los derechos humanos.