Nerón: terror y conspiraciones en Roma
Pocos emperadores pasaron a la historia negra de Roma como Nerón. Obsesionado con las conspiraciones palaciegas, la época de gobierno de Nerón estuvo marcada por el caos político, la muerte y el suicidio del emperador después de ser declarado enemigo de Roma.
Por aquel tiempo, y durante los quince años que estuvo en el poder Nerón, el emperador no tenía la voluntad de tomar decisiones a su antojo. Para esto tenía al Senado de Roma vigilante ante todas las decisiones, ya que debían ser consensuadas antes con los senadores.
A pesar de ello, el emperador mantenía un poder casi total en las decisiones desde que Augusto recibiera los honores de emperador para llevar la paz a Roma.
El problema era cuando aparecía un emperador como Nerón, incapaz de guardarse de sí mismo y de tomar decisiones más allá de lo que quería para su placer y su disfrute.
Ascenso al poder
Según la línea sucesora de Roma, Nerón no tenía muchas posibilidades de gobernar, pero como hemos comentado, fue una época de continuas traiciones entre los gobernantes. Por una serie de acontecimientos del destino, un par de asesinatos y el ascenso de Claudio al poder, el matrimonio de este con Agripina hizo que Nerón, hijo de una esposa anterior de Claudio, se convirtiera en el nuevo sucesor del trono de Roma.
Con 14 años entró en el Senado y en el año 54 ascendió al máximo poder tras la muerte del emperador Claudio.
Reinado del terror
El reinado de Nerón se caracterizó por una lucha constante contra el Senado. Tuvo que sofocar varios intentos de asesinato y lo hizo pagar a los causantes. Además, mandó matar a su propia madre para poder casarse con Popea, esposa a su vez del heredero Marco Salvio.
Desde el año 62, el Senado y Nerón comenzaron una guerra sin cuartel con amenazas y acusaciones de traición de manera mutua.
Además, por si fueran pocos los frentes abiertos para Nerón, en el año 64 se declaró el gran incendio de Roma que devasto buena parte dela ciudad con una duración de cinco días.
Muchos historiadores como Suetonio escribieron posteriormente que el propio Nerón provocó el incendio para reconstruir la ciudad desde cero.
Este reinado de amenazas, disputas con el Senado y total impunidad para tomar decisiones, hizo que los senadores nombraran a Galba emperador en el 68 y declarando enemigo de Roma a Nerón.
El emperador escapó de la ciudad y poco después se suicidó gracias a la ayuda de su secretario, Epafrodito, que lo apuñaló.