Descubrimiento arqueológico

Los arqueólogos no dan crédito: encuentran en Francia un mosaico romano intacto «digno de un museo»

Mosaico romano
Arqueólogos develan la parte central del mosaico encontrado en Gard. Foto: INRAP.

Bajo la superficie de una colina en el sur de Francia, en un terreno destinado a viviendas, un equipo de arqueólogos vivenció lo que podría ser uno de los hallazgos arqueológicos más relevantes de la década: un mosaico romano casi intacto, con características únicas, que emergió inesperadamente entre los vestigios de una antigua ciudad.

El hallazgo despertó mucha atención por su estado de conservación y por lo que representa en términos de conocimiento histórico sobre la vida urbana durante el periodo de la Antigua Roma.

¿Cuál es la historia detrás del mosaico romano encontrado bajo tierra en Francia?

Durante unos trabajos de excavación preventiva en la colina de l’Ermitage, en Alès (Gard), sur de Francia, el equipo del Instituto Nacional de Investigaciones Arqueológicas Preventivas (Inrap) identificó un mosaico romano en condiciones excepcionales. Las labores, dirigidas por el arqueólogo Olivier Mignot entre febrero y junio de 2025, formaban parte de un procedimiento habitual antes del desarrollo urbanístico de la zona.

El área explorada cubría más de 3.700 metros cuadrados en una ladera abandonada. Lo que comenzó como una prospección rutinaria se convirtió en una intervención arqueológica de envergadura.

En el transcurso de las semanas, aparecieron varias unidades domésticas talladas parcialmente en roca, restos de edificaciones, canales de evacuación y una infraestructura hidráulica de cierto nivel técnico.

Sin embargo, el hallazgo más relevante fue un mosaico romano casi intacto en una de las estancias principales de lo que parece haber sido una domus, es decir, una vivienda urbana romana perteneciente a una familia acomodada.

Así es en detalle la asombrosa arquitectura detrás del mosaico romano hallado

Los restos hallados indican que la estructura en la que se encuentra el mosaico tenía varias fases constructivas. Los muros fueron levantados con piedra unida con tierra, una técnica común durante la República romana. En un primer momento, los suelos eran de tierra apisonada. En una segunda fase, fueron reemplazados por superficies enlosadas y decoradas con mosaico.

El pavimento de mosaico en cuestión mide 4,5 por 3,8 metros y está compuesto por teselas blancas, negras y otras de tono rojizo, posiblemente pintadas con cinabrio.

Este pigmento, de alto coste, se obtenía del mercurio y su uso apunta a un nivel económico elevado por parte de los antiguos propietarios.

El diseño central es una sucesión de motivos geométricos entrelazados, rodeado por tres bandas blancas sin decoración. El lado izquierdo presenta un rectángulo oscuro que los expertos interpretan como la posible entrada a otra sala. A pesar del paso del tiempo, se han conservado incluso rastros de pintura sobre algunas teselas, algo inusual en este tipo de piezas.

Técnicas y reutilización de materiales que sorprendieron a los arqueólogos

Más allá del mosaico romano, el conjunto arqueológico ofrece datos sobre las capacidades técnicas de la época. Las casas estaban excavadas en la roca caliza y revestidas con arcilla para evitar filtraciones. Debajo del pavimento, se ha identificado una capa de brasier, una mezcla de fragmentos pétreos y polvo calcáreo que actuaba como base drenante.

Uno de los elementos más llamativos es el sistema de evacuación de agua pluvial. Se utilizaron ánforas reutilizadas, cortadas y ensambladas para construir un canal que guiaba el agua desde el tejado hacia el exterior.

Este tipo de soluciones, basadas en la reutilización de objetos cotidianos, revela una planificación técnica y económica eficiente.

El yacimiento de Alès y sus diferentes capas de historia

El yacimiento de Alès no está limitado al periodo romano. En la parte sur de la colina se descubrieron al menos diez sepulturas, probablemente datadas entre los siglos V y VI. Las tumbas, simples y sin ajuares funerarios, podrían estar asociadas a ritos cristianos tardíos.

Más adelante, ya en época medieval, monjes agustinianos construyeron una ermita en el mismo terreno, lo que refuerza la continuidad del uso de este enclave a lo largo de los siglos.

Durante los siglos XVI al XVIII, la ladera fue transformada en faïsses, o terrazas agrícolas, una práctica común en el sur de Francia. Cada capa de tierra excavada refleja una etapa de la evolución del paisaje y del uso humano del espacio.

Cabe remarcar en la misma línea que este no es el primer mosaico romano relevante hallado en la colina. En 2008 se descubrió allí el mayor mosaico de Francia, datado en época de Julio César.

La importancia de este hallazgo arqueológico para Francia

Esa pieza histórica refuerza la hipótesis de que Alès fue un núcleo comercial activo desde tiempos tempranos, situado en un punto estratégico entre la Galia Narbonense y el valle del Ródano.

El nuevo hallazgo, lejos de ser un hecho aislado, ofrece continuidad a las investigaciones sobre el urbanismo romano en el sur de la actual Francia. La calidad de la ejecución, junto con la planificación estructural del edificio y sus infraestructuras asociadas, refuerzan la idea de una ciudad con un desarrollo urbano significativo durante la Antigüedad.

Actualmente, se estudia la posibilidad de trasladar el mosaico para su restauración y exhibición pública.

El municipio de Alès ya expresó su interés en crear un espacio permanente para la conservación de los restos encontrados, lo que podría convertir el hallazgo en un nuevo punto de referencia para el patrimonio arqueológico de la región.

Por último, y a tener en cuenta, proceso de excavación no ha finalizado. Según declaró el propio Olivier Mignot, el descubrimiento del mosaico romano plantea nuevas interrogantes sobre la organización de la ciudad y su papel en el contexto comercial y político del sur de la Galia.

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