'Chemsex'

Sanidad recomienda masticar chicle y beber zumos para un consumo de drogas «más seguro»

Sanidad drogas
La ministra de Sanidad, Carolina Darias.
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

El Ministerio de Sanidad avala una colección de guías, accesible a través de la propia web, en la que se ofrecen recomendaciones para practicar chemsex, sesiones de sexo y drogas que habitualmente se prolongan durante varias horas o días. Con absoluta naturalidad, Sanidad pone a disposición de los ciudadanos una serie de manuales -algunos financiados por el propio departamento- en los que se dan consejos para «minimizar los riesgos» del consumo de drogas o de la práctica de sexo más agresivo. Entre ellos, «beber agua o zumos regularmente para mantenerse hidratado», «masticar chicle» o «comer algunos bocados durante la sesión para mejorar tu resistencia y mantener los niveles de energía». Tomar «yogur, fruta o barras/batidos de proteínas» es otra de las recomendaciones.

En una de estas guías, Chemsex: todo lo que querías saber (pero no sabías a quién preguntar), se incluye incluso un detallado apartado -Planificación de fiestas de chemsex- en el que se recomienda «poner barras de proteína, de granola y bananas en el espacio o en la esquina de relax para recordar a las personas que recarguen energías». Este manual no está financiado por Sanidad, aunque es perfectamente accesible al ciudadano a través de la página web del Ministerio. En otros casos, las guías sí han sido costeadas por el Gobierno.

Sanidad define el chemsex como «un tipo particular de consumo sexualizado de sustancias, vinculado a la cultura sexual gay» y que «se caracteriza especialmente por ser un consumo de drogas con fines sexuales, dando lugar a largas sesiones de sexo, que pueden prolongarse durante horas, o incluso varios días».

«Aunque lo más habitual es que tenga lugar en casas particulares, también se da en diferentes negocios dirigidos al público gay, como saunas, clubs de sexo, hoteles, fiestas en locales privados, locales con cuartos oscuros, festivales que disponen de áreas designadas para tener sexo, así como en zonas de cruising o encuentros sexuales al aire libre».

En las últimas semanas, esta práctica ha adquirido más repercusión pública por su vinculación con los casos de viruela del mono aparecidos en España.

En sus guías, Sanidad ofrece consejos para abordar una práctica «más segura». Así, en el manual  Metanfetamina fumada: ¡Infórmate y reduce riesgos! -financiada por el Ministerio- se insta a «no fumar solo», «hacerlo en un lugar seguro y con gente conocida», «utilizar tu propia pipa» o «evitar mezclar con otras sustancias», pues puede «llevar a una sobredosis y a consecuencias fatales».

También se explica de manera pormenorizada el proceso de consumo: «Tras cargar la pipa con la metanfetamina, aproxima la fuente de calor (mechero o soplete) a la parte inferior del globo de la pipa, pero sin que la toque», «el uso de sopletes o mecheros de gran calibre puede dar lugar a accidentes graves», «mueve la llama en forma de círculos o la pipa ligeramente para evitar que la sustancia se queme y adquiera una tonalidad marrón», «cuando empiece a aparecer el humo, continúa aplicando calor a la pipa, inhala lentamente y exhala inmediatamente», «mantener el humo dentro no aumentará el subidón, pero sí puede provocar quemaduras en los pulmones».

En este manual se recomienda «beber agua o zumos para mantenerse hidratado y evitar grietas o ampollas en los labios», «masticar chicle para evitar que aprietes la mandíbula» y «una correcta higiene bucal (cepillado, uso de colutorio) para evitar el deterioro de las encías y los dientes asociado al uso de la metanfetamina».

En otro folleto, también pagado con dinero público, se habla de las «nuevas sustancias psicoactivas»: «Si es la primera vez que la consumes o la sustancia no está analizada, conviene realizar una prueba a dosis muy bajas (entre 3 y 5 miligramos). Esta dosis debe permitir detectar los efectos y la potencia de la sustancia sin que ello entrañe riesgos de sobredosis», se recomienda en la guía.

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