Sánchez se va en Falcon a un acto ecologista en Málaga contaminando como 590 coches diésel
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha hecho uso del Falcon de las Fuerzas Armadas españolas para viajar este lunes a Málaga a un acto ecologista: la visita oficial al Parque Nacional de la Sierra de las Nieves, declarado en junio de 2021 decimosexto parque nacional de España, la máxima figura de protección ambiental en el país. Por mucho que Moncloa trate de revestir este encuentro de retórica ‘verde y sostenible’, lo cierto es que este viaje contamina lo mismo que 590 coches diésel.
En lugar de optar por el viaje en coche, en AVE o en un vuelo comercial, mucho menos contaminante que el Falcon, el jefe del Ejecutivo socialcomunista ha utilizado el avión presidencial para desplazarse desde la base militar de Torrejón de Ardoz (Madrid) hasta el aeropuerto de Málaga-Costa del Sol. El Falcon despegó a las 9.27 horas de la mañana y aterrizó a las 10.23 horas. Un vuelo de una hora de duración en la ida y otra para la vuelta.
Así, a partir del estudio que hizo el profesor de ingeniería industrial de la Universidad de Salamanca Juan Ramón Muñoz Rico y que publicó en su día OKDIARIO para el viaje de Sánchez a Castellón, el presidente ha contaminado esta vez como 590 coches diésel. Además, tampoco ha predicado especialmente con el ejemplo cuando su propio Gobierno, a través del Plan España 2050, aboga por reducir el uso del avión.
El presidente del Gobierno viene siendo cuestionado por la oposición por hacer una utilización abusiva del Falcon. De hecho, en los últimos meses ha recurrido al avión presidencial para asistir a actos y congresos del PSOE. Como coartada, buscando así justificar el empleo de aeronaves del Ejército del Aire, Moncloa improvisó visitas de Sánchez a empresas del lugar justo antes de participar en esos actos de partido.
«Desarrollo sostenible»
Este lunes, tras llegar a Málaga en el Falcon y antes de un hacer un recorrido por el Parque Nacional de Sierra de las Nieves, Sánchez ha pronunciado un discurso ecologista obviando su huella de carbono. En una declaración institucional, y acompañado por la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, y otras autoridades, el jefe del Ejecutivo ha manifestado: «Cuando hablamos de parques nacionales no estamos hablando de una categoría administrativa, sino de mucho más, de un compromiso con el territorio, con el legado que vamos a dejar a las siguientes generaciones, de un compromiso con un desarrollo sostenido y sostenible».
«Es perfectamente compatible conservar nuestra biodiversidad, recuperar y reparar nuestros ecosistemas con el desarrollo económico, con la localización de población en entornos naturales tan extraordinarios y tan singulares como es precisamente la Sierra de las Nieves», ha señalado Sánchez.
«Desde el Gobierno de España tenemos muy claro que la biodiversidad de nuestro país es algo a preservar, y no solamente a conservar como algo que no podamos disfrutar los ciudadanos y ciudadanas de nuestro país, sino al contrario, es un reclamo que puede generar turismo sostenible, turismo de calidad, puede atraer talento, capital humano.», ha agregado el presidente socialista.
Setenta y siete mil kilos de CO2
El profesor Muñoz Rico calculó mediante diversas ecuaciones la reacción química «de la combustión completa y estequiométrica» para hallar cuál fue la cantidad de CO2 producido durante aquel polémico viaje de 2018.
Para el vuelo de hora y media (ida y vuelta) de Sánchez a Castellón, cifró el resultado en 57.815 kilogramos de CO2. Ahora, para las dos horas de vuelo en el desplazamiento a Málaga y la vuelta a Madrid, el Falcon habría generado alrededor de 77.086 kilos de dióxido de carbono.
Estos datos son relativamente fáciles de extrapolar al consumo de un coche diésel medio. Un motor diésel de gama media produce 2,6 kilogramos de CO2 por cada litro de combustible que quema. Tomando como referencia los 500 kilómetros de distancia entre Madrid y Málaga, un consumo medio interurbano de 5 litros a los cien kilómetros y los dos trayectos realizados por el Falcon, el resultado del cálculo ofrece una cifra aproximada de 130 kilogramos de CO2 generados por un coche diésel que siga la misma ruta. Haciendo la comparación con las 77 toneladas de CO2 emitidas por el Falcon, la contaminación equivaldría a la suma de unos 590 coches diésel.