El dato que nadie conoce y que te puede arruinar la pensión: la letra pequeña es lo peor
Adelantar la jubilación dos años podrían cobrar un 20% menos de pensión
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Adelantar la jubilación es una idea que muchos trabajadores se plantean cuando llegan a una edad que esta próxima a los últimos años de su vida laboral. El cansancio, la salud o simplemente las ganas de parar llevan a pensar que retirarse antes puede ser una buena opción dado que además es algo del todo posible. El problema está sin embargo, en que la mayoría desconoce el impacto real que esa decisión puede tener en la pensión para el resto de su vida.
En España, jubilarse antes de la edad legal es posible, pero no sale gratis. Y no se trata de un recorte puntual ni de unos meses de ajuste. Hablamos de penalizaciones permanentes que acompañan al pensionista durante todos los años que cobre la prestación. La clave está en los coeficientes reductores que muchos descubren cuando ya es demasiado tarde o ya están haciendo el trámite para jubilarse de forma anticipada. Y lo más llamativo de todo es que ni siquiera haber cotizado durante cuatro décadas o más protege del recorte. Ese es el dato que pasa desapercibido y que puede reducir de forma drástica la pensión mensual, incluso en carreras laborales largas y aparentemente seguras.
El dato que nadie conoce y que te puede arruinar la pensión
La Seguridad Social permite la jubilación anticipada voluntaria hasta un máximo de dos años antes de la edad ordinaria. Es decir, se puede acceder a la pensión a partir de los 63 años, en lugar de los 65, siempre que se cumplan una serie de requisitos.
Entre ellos, acreditar al menos 33 años de cotización efectiva, de los cuales dos deben estar comprendidos dentro de los 15 años inmediatamente anteriores a la solicitud de la pensión. Además, la edad de acceso debe ser como máximo cuatro años inferior a la edad legal que corresponda en cada caso.
Hasta aquí, muchos trabajadores creen que cumplen con creces. El problema aparece cuando se entra en el detalle de cuánto se cobra realmente.
Un recorte que puede ser del 20%
La letra pequeña está en los coeficientes reductores. Estos porcentajes se aplican en función de los meses que se adelante la jubilación y del total de años cotizados. Y aquí llega la sorpresa: jubilarse dos años antes puede suponer perder cerca de un 20 % de la pensión de por vida.
Un trabajador que se retire a los 63 años, con 40 años cotizados, verá reducida su pensión en torno a un 19 %. No es una estimación, es un recorte oficial que se aplica mes a mes y que no se recupera nunca.
La diferencia entre adelantar un año o dos es enorme. Por ejemplo, quien se jubile a los 64 años con esos mismos 40 años cotizados sufrirá una penalización del 5,25 %, muy inferior, pero aun así permanente.
Cuantos menos años cotizados, mayor es el castigo
El mayor golpe llega para quienes han cotizado menos de 38 años y 6 meses y deciden jubilarse a los 63. En ese caso, el recorte alcanza el 21 % de la pensión. Un porcentaje que, trasladado a euros, puede suponer cientos de euros menos cada mes durante décadas.
Los coeficientes se aplican por meses de adelanto. Cuanto antes se accede a la jubilación, mayor es la penalización. Incluso adelantarla solo seis meses conlleva recortes que superan el 3 % en muchos casos.
La tabla oficial de la Seguridad Social muestra cómo estas reducciones van bajando progresivamente a medida que se retrasa la jubilación y se acumulan más años cotizados, pero en ningún caso desaparecen por completo si se accede antes de la edad legal.
Qué ocurre cuando la jubilación anticipada no es voluntaria
Otro aspecto importante que muchos pasan por alto es la diferencia entre jubilación anticipada voluntaria e involuntaria. Hasta ahora hemos hablado de quienes deciden retirarse por voluntad propia, pero existen casos en los que la salida del mercado laboral no es una elección.
Despidos colectivos, extinciones de contrato por causas económicas, técnicas u organizativas, cierres de empresa o situaciones de fuerza mayor hacen que una persona tenga que acceder a la jubilación anticipada involuntaria. En estos supuestos, se puede adelantar la jubilación hasta cuatro años.
Eso sí, las penalizaciones pueden ser todavía mayores. En el peor de los casos, el coeficiente reductor puede alcanzar el 30 % si el trabajador se jubila cuatro años antes y no llega a los 38 años y 6 meses cotizados.
En conclusión, el error más habitual es pensar que adelantar la jubilación sólo implica cobrar antes. En realidad, supone cobrar menos y hacerlo durante toda la vida. La diferencia entre jubilarse unos meses antes o esperar puede marcar el nivel de ingresos durante la vejez. Por eso, antes de tomar una decisión así, conviene revisar con detalle los coeficientes, hacer números reales y no dejarse llevar por la idea de que muchos años cotizados garantizan una pensión intacta. La letra pequeña, en este caso, es la que acaba decidiendo cuánto se cobra cada mes.