Sánchez se plantea ascender a Iceta como vicepresidente primero en lugar de Calvo
La crisis de Gobierno es inminente. Pedro Sánchez trabaja de forma silenciosa en una remodelación que reducirá la estructura y fortalecerá su figura. Sin dar mucha cuenta de sus planes ni a sus colaboradores más cercanos, el jefe del Ejecutivo planea ejecutar los cambios a mediados de julio. La salida de Carmen Calvo como vicepresidenta primera parece irreversible. Le sustituiría Miquel Iceta que, además, ejercería como portavoz del Gobierno.
Fuentes conocedoras de los planes del presidente apuntan a Iceta como hombre clave del futuro Gabinete durante los dos próximos años, que vendrán marcados por la negociación con la Generalitat de Cataluña. Sánchez pretende dar un impulso a la cuestión territorial tras la concesión de los indultos a los golpistas del 1-O y la entrega de la gestión de prisiones al País Vasco, abriendo una nueva etapa de relación con las autonomías que agrade a sus socios separatistas y nacionalistas. No en vano, la llegada de Miquel Iceta al Consejo de Ministros fue celebrada por el PNV: «Va a entender bien nuestras reivindicaciones y, en cierta medida, compartirlas».
Con mucha empatía y de carácter apacible, Miquel Iceta (Barcelona, 1960) es a sus 61 años un político de larga carrera. Fue uno de los fontaneros del Palacio de La Moncloa en la época de Felipe González como mano derecha del vicepresidente Narcís Serra. Secretario general del PSC desde 2014, hace justo un año que Sánchez le pidió dejar paso a Salvador Illa como candidato a la Generalitat, a lo que terminó accediendo tras una resistencia inicial, tras conocer varios sondeos que jugaban en su contra.
A diferencia de Calvo, Iceta mantiene muy buena relación con el director del Gabinete de la Presidencia del Gobierno, Iván Redondo. Su reciente llegada todavía le mantiene a salvo de encontronazos con el gurú monclovita. Redondo congenió con Iceta cuando ambos trabajaron conjuntamente en la campaña de Illa a las elecciones catalanas. A ambos les apasiona la fontanería política.
Iceta es hoy uno de los mayores exponentes de lo que representa el nuevo PSOE de Sánchez. Al catalán se le atribuye parte de lo que Moncloa considera el «éxito» de la estrategia de deshielo con el independentismo catalán y el viraje de ERC hacia la supuesta renuncia a la vía unilateral y el apoyo decidido a Gobierno.
Fue el hoy ministro catalán, además, el primero que hace años puso sobre la mesa la alternativa de los indultos. «Si hay condena, en algún momento habrá que hablar de indultos», dijo antes de que acabara el año del golpe separatista y de que, por tanto, el Tribunal Supremo hubiera dictado su sentencia.
Calvo, tocada y hundida
La vicepresidenta primera es una de las ministras más quemadas del Gobierno, en el que entró como ministra de Igualdad tras la moción de censura que llevó a Sánchez a la Moncloa. Sin embargo, tras el pacto de coalición con Podemos tuvo que ceder sus competencias a Irene Montero, con la que ha sufrido continuos encontronazos por la ley del ‘sólo sí es sí’ y la ‘Ley Trans’ que, impulsada por Podemos, el PSOE ha terminado aceptando en la ‘Ley LGTBI’.
Así, significativa fue la ausencia de Carmen Calvo, secretaria de Igualdad del PSOE, en el acto de presentación de las políticas de igualdad que el partido presentó el pasado domingo de cara a su 40º congreso federal.
Tampoco juega en su favor el hecho de que el director del Gabinete de la Presidencia nunca haya congeniado con ella. Como informó OKDIARIO, Redondo activó hace semanas una operación de acoso y derribo contra Calvo que ha llegado al punto de que tanto Calvo como Sánchez consideren que la número dos del Gobierno ha cumplido con lo que se le pidió en su momento: la exhumación de Francisco Franco y la inminente aprobación del proyecto de reforma de la Ley de Memoria Histórica, que podría coincidir la semana que viene con su despedida.