Sánchez ya no considera a Podemos como socio preferente: «Pactaremos con quien nos apoye»
Pablo Iglesias se va del Gobierno. Abandona la Vicepresidencia segunda para competir por la Presidencia madrileña contra Isabel Díaz Ayuso, pero también contra el candidato del PSOE, Ángel Gabilondo. Deja el proyecto del Ejecutivo socialcomunista generando una inestabilidad extra al presidente. Y Sánchez ha contestado con un mensaje interno que tendrá consecuencias: «Pactaremos en el Congreso con quien nos apoye». Traducido: se ha acabado la primacía de acuerdos con Podemos, pese a ser el socio de Gobierno.
La consigna del presidente Sánchez apunta, además, a una estrategia ya observada en la negociación de Presupuestos: la de acercarse a Ciudadanos para encontrar pactos múltiples que no hagan depender al PSOE en exclusiva de Podemos.
Sánchez, de este modo, se prepara para aprovecharse también del desastre de Ciudadanos. Y es que la debilidad en la que la propia Moncloa ha sumido a Inés Arrimadas la hacen ahora más dependiente de acuerdos y de notoriedad. Y ahí es donde el PSOE pretende aprovecharse de Ciudadanos: usándolo como muleta para sacar adelante los pactos de Gobierno.
La cúpula de Sánchez ya ha recibido el mensaje. Y es fácil de entender: geometría variable. Si es necesario pactar con Ciudadanos, pues se pacta con Cs. Y si se acerca Podemos, pues con Podemos, pero en las mismas condiciones que los naranjas. No se trata del primer toque de atención. Pablo Iglesias, de hecho, quiere seguir como vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Derechos Sociales y Agenda 2030 hasta mediados de abril, cuando dará inicio la campaña electoral de las elecciones madrileñas. Pero fuentes cercanas al presidente han confirmado ya a OKDIARIO que la de este martes pasado podría ser la última reunión a la que asista el líder de Podemos en el Gobierno. Aunque Sánchez acatará, en buena manera, los cambios que le propone, no cederá en sus exigencias respecto a los tiempos. Es el as en la manga de un presidente cansado de mantener obligado una relación forzosa y forzada.
El movimiento sorpresivo de Pablo Iglesias este pasado lunes anunciando su salida del Ejecutivo para liderar la candidatura de Podemos en Madrid, ha sido interpretado por el PSOE como otra jugada más en la partida entre los dos líderes políticos para liderar la izquierda.
El anuncio de los nombres para relevarle, como ocurrió en la conformación del Gobierno hace más de un año, añaden en la lista de La Moncloa «otra deslealtad». Y es que los golpes de Iglesias han terminado de enfadar al presidente. Y se los devolverá.
El calendario que quiere imponer Podemos para los relevos no es del agrado del presidente. Y para muestra, lo que ha sucedido este pasado martes: Pedro Sánchez no ha asumido que la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, asumiera la Vicepresidencia segunda que dejará el líder de Podemos, y ha colocado en ese lugar jerárquico a Nadia Calviño. «Pablo Iglesias no es Salvador Illa, que estaba gestionando una pandemia», recuerdan en el PSOE, por bien que en su despedida el jefe del Ejecutivo pusiera en valor la labor del vicepresidente segundo al frente de las residencias durante la crisis del coronavirus. «No tiene sentido mantener como miembro del Gobierno al líder de otro partido, que se presenta en unas elecciones contra ti, otorgándole durante este tiempo los beneficios mediáticos de La Moncloa», apostillan en el entorno del secretario general socialista.