Crisis de Gobierno

Sánchez busca cómo retirar Trabajo a la vicepresidencia de Díaz y duda con Belarra como ministra

En el PSOE preocupa que la impulsora de la derogación de la reforma laboral tenga más poder que Calviño

Yolanda Díaz
Yolanda Díaz y Nadia Calviño, vicepresidenta segunda y tercera del Gobierno, respectivamente.
Joan Guirado

Pedro Sánchez quiere evitar que la vicepresidencia asociada al Ministerio de Trabajo esté por encima de la de Economía. El presidente acepta a Yolanda Díaz como número tres del Gobierno, destacando de ella su capacidad y trabajo a lo largo de los últimos meses, pero no quiere que compagine esa responsabilidad con la de dirigir las políticas de empleo. Más reservas tiene con la entrada de Ione Belarra al gabinete ministerial, por sus disputas permanentes con Margarita Robles.

Tras conocer la voluntad de Pablo Iglesias de que su relevo sea Yolanda Díaz, manteniéndose también al frente de la cartera de Trabajo y Economía Social, Ferraz ha puesto el grito en el cielo por el mensaje que se estaría trasladando al tejido empresarial e inversores.

Ante el inminente cambio de cromos en el Gobierno, las presiones sobre Sánchez ya han empezado. Llegan desde Podemos, el cuartel general del PSOE y desde el propio Palacio de La Moncloa. El objetivo es obligar al jefe del Ejecutivo a reordenar las carteras ministeriales. «En un momento como el actual, debemos mandar un mensaje de confianza y tranquilidad a la economía» apuntan desde el PSOE. Él, sin embargo, dice que respetará los pactos previos durante la formación del Gobierno y cederá cinco ministerios y la vicepresidencia segunda a la formación morada.

Polémica por la reforma laboral

Trabajo y Economía Social es, ni más ni menos, la cartera que pilota la derogación completa de la reforma laboral impulsada en su día por Mariano Rajoy. Existen ahí fuertes discrepancias entre socialistas y podemitas y la presencia de Yolanda Díaz en la vicepresidencia segunda y al frente de esta cartera no haría más que dar alas a los morados para impulsar la derogación que prometieron en campaña electoral. El núcleo duro de Sánchez asume que eso puede generar importantes fricciones.

Si el mero hecho de que Trabajo pueda tener más importancia que Economía en el reparto de las vicepresidencias ya genera discrepancias entre las filas socialistas, a esto hay que sumarle la mala relación que existe entre Calviño y Díaz. Nadie niega que el movimiento de Iglesias busca aumentar la confrontación entre las dos ministras. Fuentes conocedoras de lo que ocurre a diario en el Palacio de La Moncloa dicen incluso que «sus discusiones son más fuertes que las que tiene Nadia con Iglesias».

Con la responsable de Economía buscándose trabajo de nuevo en Europa, tal como ha adelantado este lunes OKDIARIO, con el fin de abandonar cuanto antes el Gobierno, si Sánchez cede a las pretensiones de Iglesias puede provocar su salida de forma inminente. De momento desde Moncloa le confirman al frente de la Comisión Delegada de Asuntos Económicos. Aunque esté por encima de la vicepresidenta segunda. Nadia Calviño hace meses que está cansada del desgaste que supone la relación con los morados y de su incapacidad por gobernar con medidas viables. El presidente no se la puede jugar.

Belarra no gusta en Moncloa

El perfil de Ione Belarra como nueva ministra, según Iglesias de Derechos Sociales y Agenda 2030, algo que está por ver si se separará de la vicepresidencia segunda, no gusta en el Palacio de La Moncloa. Dicen de ella que «es una incendiaria» y recuerdan los múltiples choques que ha tenido con la ministra de Defensa, Margarita Robles. Hasta ahora la socialista salía al paso, siempre, diciendo que no veía los tuits de la Secretaria de Estado. Su incorporación en el Consejo de Ministros amplificaría su altavoz y sus roces con Robles. La voluntad de Sánchez, precisamente, es rebajar las tensiones ya existentes aprovechando la salida del líder podemita.

Cumplir con lo pactado

De momento Pedro Sánchez no prevé romper lo pactado inicialmente con Podemos, en el reparto de poder y de carteras, manteniendo para la formación morada la vicepresidencia segunda y cuatro departamentos. Otra cosa es que impida que la vicepresidencia esté asociada a Trabajo y Economía Social, obligando así a una reconfiguración más amplia del gabinete, tanto en nombres como en responsabilidades.

Sánchez está contento con Yolanda Díaz y su perfil encaja para una de las vicepresidencias. Aunque en los últimos meses se ha distanciado un poco del jefe del Ejecutivo, en lo peor de la pandemia, la gallega fue uno de sus principales apoyos en el Consejo de Ministros. Mujer, además, con Díaz el líder socialista podrá alardear de tener el primer gobierno con cinco mujeres vicepresidentas de la historia.

Aunque en los próximos días, ha dicho, tomará «las decisiones que deba tomar» respecto los relevos impuestos por la dimisión de Iglesias, que no se ejecutará hasta mediados de abril, lo cierto es que tendrá «todo el respeto a Unidas Podemos en su composición». Recuerda que «en el reparto de sus funciones hay una vicepresidencia segunda». Reivindica que «va a haber continuidad» porque «soy una persona que cumple con los acuerdos de coalición».

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