PLAN ESPAÑA 2050

Sánchez en su plan para 2050: «Miles de hombres son víctimas de la masculinidad tradicional»

Pedro Sánchez España 2050
Pedro Sánchez.
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

Pedro Sánchez reflexiona en su plan ‘España 2050’ sobre la «permanencia de viejos roles de género». El presidente socialista concluye que esos roles no sólo afectan a la mujer. También a «miles de hombres en nuestro país» que, dice el documento, son «víctimas de una visión tradicional de la masculinidad». Un concepto que se asocia con «la exaltación de la competitividad, la dureza, la agresividad y la fuerza física».

«En muchas ocasiones» ese rol «limita el desarrollo de una correcta autoestima e impide una buena gestión de las emociones», prosigue el documento.

Así se recoge, en concreto, en las propuestas del Ejecutivo para ‘ampliar las bases de nuestro bienestar futuro’, donde el Gobierno analiza los factores que influyen en la «satisfacción vital» de los españoles, como el «capital social».

«La satisfacción vital no puede lograrse exclusivamente a través de los bienes materiales. El ser humano es un ser social y, como tal, necesita a su alrededor de personas que le proporcionen apoyo emocional, aprobación, sentido de pertenencia y compañía», señala el Gobierno.

«Estereotipos arcaicos»

En este contexto, explica que «una cuestión esencial a la que debemos prestar atención es la permanencia de viejos roles de género que afectan negativamente a la forma en la que las personas se ven a sí mismas y se relacionan entre sí, perpetuando prejuicios y estereotipos arcaicos, transformando la diferencia sexual en desigualdad social, y generando toda clase de fenómenos sociales nocivos para la felicidad», como la violencia de género.

«Aunque de una forma menos severa, la permanencia de los viejos roles de género también afecta a miles de hombres en nuestro país, víctimas de una visión tradicional de la masculinidad asociada a la exaltación de la competitividad, la dureza, la agresividad y la fuerza física que, en muchas ocasiones, limita el desarrollo de una correcta autoestima e impide una buena gestión de las emociones», señala a continuación.

Más ingresos, más satisfechos

No obstante, el Ejecutivo admite que «si queremos converger en satisfacción con los países más felices de Europa antes de 2050, tendremos que registrar importantes mejoras en el ámbito económico y laboral».

En este sentido, asume que en España «el desempleo estructural es elevado, las tasas de temporalidad son inusualmente altas y el crecimiento de la productividad laboral es menor que en los países más avanzados» lo que se traduce en «salarios comparativamente bajos y en jornadas laborales más extensas que las de nuestros vecinos europeos».

«Aunque es cierto que el dinero no puede comprar la felicidad, los ingresos constituyen uno de los factores clave para el bienestar subjetivo de la población, sobre todo cuando son reducidos e inciertos», destaca el Gobierno.

Así, se incide en que «las personas que disponen de mayores ingresos suelen estar más satisfechas con su vida que las que tienen ingresos bajos».

Más impuestos

Además, como informó OKDIARIO, el Gobierno defiende la prevista subida de impuestos -la intención es aumentar la presión fiscal hasta el 43% del PIB en las tres próximas décadas- como una «oportunidad» para aumentar la «satisfacción vital» de los españoles.

El plan señala que «será necesaria una profunda reorganización de los ingresos (sistema fiscal) y los gastos (prestaciones sociales y servicios públicos) públicos: debemos recaudar más y mejor, para gastar más y mejor en partidas tan claves para el bienestar futuro como la sanidad o los servicios de cuidado».

Entre otros, el Gobierno propone elevar progresivamente los impuestos al consumo de diésel y gasolina, plantea un impuesto sobre el uso del vehículo que tenga en cuenta sus características (peso, potencia y emisiones de contaminantes atmosféricos y gases de efecto invernadero) y prevé la introducción de la «tasa del viajero frecuente» o impuestos a los billetes de avión según la distancia al destino para reducir el impacto sobre el medio ambiente. El plan también avanza impuestos sobre bebidas alcohólicas y tabaco.

El plan no oculta que los menores son «futuros contribuyentes» a los que hay que enseñar a pagar impuestos durante su paso por las aulas, donde se les adoctrinará en «conciencia social fiscal».

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