Un informe Tedax de la Guardia Civil apunta que los CDR tenían «una bomba de termita lista para usar»
Los técnicos TEDAX de la Guardia Civil no tuvieron dudas de que lo que se fabrica en ese taller clandestino era un potente explosivo, no pirotécnia
Los 12 miembros de los CDR procesados por terrorismo en el marco de la Operación Judas, los que ahora pueden quedar libres de carga penal gracias a la Ley de Amnistía de Pedro Sánchez, no sólo hicieron acopio de sustancias para fabricar explosivos, sino que los fabricaron y los tenían listos para su detonación. Así lo entienden los técnicos de laboratorio de los Tedax de la Guardia Civil que analizaron todo el material incautado en aquel taller en el que agentes de la Unidad Especial de Intervención (UEI) accedieron aquel 24 de septiembre de 2019. Su conclusión, plasmada en un informe que tiene el juez Manuel García Castellón, es clara: era «termita, estaba sintetizada y dispuesta en una caja de plástico con cerillas alrededor para ser iniciada». Desde el separatismo y parte de la izquierda, hoy defienden que aquello era material para elaborar fuegos artificiales.
La redefinición de lo que es y no es terrorismo que ha realizado el Ejecutivo de Sánchez para dar encaje político a una amnistía a estos delitos ha provocado estupefacción generalizada. Pero en la Guardia Civil, esa sensación adquiere tintes de indignación, al comprobar que causas sólidas por terrorismo van a quedar impunes por esa amnistía.
Entre este último grupo se encuentran esos 12 CDR a los que la Guardia Civil achaca una organización de tipo terrorista, cuyas tácticas beben de la inspiración de ETA y que tenían el claro objetivo de realizar una acción coincidiendo con la publicación de la sentencia del procés. En su defensa, los CDR aseguran que todo el material que se les incautó era para fabricar «simple pirotecnica». Así lo aseguró, también, uno de los detenidos a OKDIARIO en una entrevista exclusiva.
Sin embargo, las pruebas recabadas y el análisis de los expertos no deja lugar a dudas. Lo que se fabricaba en aquel «laboratorio clandestino» próximo a Barcelona eran explosivos y estaban listos para ser utilizados. Así se constata en uno de los informes incorporados a la causa, una pericial realizada por técnicos de los Tedax que analizaron todo el material hallado en el domicilio de uno de los detenidos los agentes del Grupo Especial de Desactivación de Explosivos (Gedex) de la Comandancia de Barcelona.
Lo que sigue es un extracto de ese informe: «En este laboratorio también fueron localizados 6 latas emparejadas, una que contienen una sustancia de color negro con la inscripción FE2 03, dos más con una sustancia de color negro con la inscripción FE3 04, otras dos latas que contienen una sustancia de color grisáceo con la inscripción AL y otra lata con la misma inscripción pero conteniendo una sustancia de color metal, tratándose de termita lista para ser usada, que se conservaba de esta manera para garantizar la seguridad».
La conclusión de ese informe, textual, es demoledora: el grupo de los Tedax «ha determinado que la termita estaba lista para ser utilizada ya que se encontraba sintetizada y dispuesta en una caja de plástico con cerillas alrededor para ser iniciada». Además, hallaron contenedores preparados para amplificar los efectos de la deflagración.
La termita es un explosivo muy conocido en el mundo militar, recurrente durante la Segunda Guerra Mundial para fundir el metal de los cañones y blindados enemigos. Su uso se extiende hasta la actualidad.
A los CDR, de hecho, se les pilló con las manos en la masa. Los agentes que irrumpieron en el domicilio donde se hallaba ese taller encontraron «un infiernillo en funcionamiento el cual se estaba calentando una olla en cuyo interior hay una pasta de color negro». Al lado, manuales sobre explosivos y fórmulas químicas para su elaboración. También garrafas de ácido nítrico, amoniaco, ácido clorhídrico y ácido sulfúrico. Ingredientes esenciales para diversas sustancias.
Las conversaciones de los detenidos, monitorizadas durante meses por funcionarios del Servicio de Información de la Guardia Civil, detectaron además cómo se adquirían a través de portales como Amazon las sustancias precursoras de estos explosivos. Cómo se hacían acopio de ellas y cómo el grupo de cocineros se dividió en dos para maximizar las posibilidades de éxito con la termita. A día de hoy, la Guardia Civil sigue teniendo como prueba indubitada que en aquel taller se fabricaba una bomba. Y que estaba lista.
De hecho, entre lo incautado a otro de los detenidos, había un esquema que dejaba poco margen a la imaginación. Un papel con un croquis y una anotación en mayúsculas: «ESQUEMA BOMBA».