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Iglesias impone la ley del silencio en las redes sociales sobre los debates internos en Podemos

Siempre será la cúpula la del partido la que, en caso de duda, decida qué publicar

Iglesias afronta la mayor crisis de Podemos con una reunión sin actas y falsa foto de unidad

Iglesias establece un Reglamento para redes sociales en Podemos
Iglesias establece un Reglamento para redes sociales en Podemos

Pablo Iglesias quiere tenerlo todo bajo control. La opacidad que ha ido adquiriendo Podemos desde su fundación sigue avanzando. Según el ‘Reglamento para cuentas oficiales de Redes Sociales’, los debates internos “no pueden verse plasmados en las redes sociales del partido”. Iglesias evita así que se hagan públicas las luchas internas que caracterizan a los morados.

Desde 2014, año de fundación de Podemos, las redes sociales han tenido un papel fundamental para el partido. En su nacimiento, la formación morada aprovechó el impulso de esta herramienta para generar todo tipo de contenido y llegar al máximo público posible. Pero esta expansión, junto a  las graves crisis internas por las que ha atravesado el partido, han derivado en la regulación de sus perfiles en redes sociales con un único objetivo: que permanezcan bajo el control de la dirección.

Silencio sobre los debates

Podemos ha creado dos documentos: el Reglamento para cuentas oficiales en Redes Sociales y el Protocolo de redes sociales para las cuentas de Podemos. Aunque ambos son escritos similares y con el mismo objetivo, es el primero el que limita la difusión de mensajes.

Según el documento, “los debates internos que se pudieran dar de cada Consejo Ciudadano no pueden verse plasmados en las redes sociales del partido”. Los Consejos Ciudadanos son los órganos de mayor representación de Podemos, bien sea estatal o por territorios.

De esta manera el partido impide, por ejemplo, que las redes sociales expliquen lo sucedido en la última reunión, en la que se debatió sobre los pésimos resultados electorales y la posibilidad de defenestrar a Iglesias.

Sin transparencia

Esta estrategia, que a primera vista puede parecer coherente, choca con la transparencia de la que el partido presumía en sus inicios. Tal es así que en su comienzo publicaban las actas de las reuniones en su página web para que cualquier ciudadano tuviese acceso a los temas que se debatían y cómo se debatían. Pero esto acabó y la difusión de sus actas dejó de producirse a mediados de 2017.

Ahora, la formación ha dado un paso más para blindar sus reuniones y reducir las filtraciones, las informaciones y los rumores, impidiendo que se haga alusión a lo discutido a puerta cerrada por los miembros de Podemos.

Bajo el mando estatal

Otro de los principios por los que siempre ha dicho regirse Podemos es la descentralización. Lo cierto es que han sido muchas las ocasiones en las que los territorios se han quejado de la supervisión continua a la que se ven sometidos por parte de la cúpula del partido.

Esta actitud se extiende también a las redes sociales, donde la formación se reserva el derecho de decidir sobre el contenido que publican los perfiles del partido en el resto de España.

«Todas las cuentas de ámbito territorial, en última instancia, dependen del Área de Redes Sociales estatal. En caso de divergencias, es el área estatal quien decide en última instancia”, se recoge en sus reglamentos.

De esta manera, Pablo Iglesias y su equipo estatal son los encargados de tomar las decisiones en caso de que se genere duda sobre la publicación de algún mensaje, por encima de las que tomen sus delegaciones.

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