La directiva de Defensa de Sánchez subraya el deber del Ejército de «proteger la Constitución y las instituciones»

Mientras, su Gobierno pacta y negocia con separatistas y proetarras

directiva DEfensa
El Ejército del Aire despliega varias unidades.
Carlos Cuesta

Pedro Sánchez pacta y negocia con separatistas y proetarras. Pero, mientras, firma documentos como la Directiva de Defensa Nacional 2020. Se trata de unas directrices básicas para las Fuerzas Armadas aceptadas por el presidente del Gobierno el pasado 11 de junio. En ellas, Sánchez incluyó como primera «línea general y objetivo de la Política de Defensa […] proteger el conjunto de la sociedad española, su Constitución, y los valores, principios e instituciones que ésta consagra», dentro de las que se encuentra la Monarquía. En el mismo párrafo de la Directiva de Defensa, Sánchez incluyó igualmente la protección de la «integridad de España».

Las pautas de actuación de las Fuerzas Armadas aceptadas por Sánchez no dejan lugar a dudas sobre los objetivos del Ejército, «de acuerdo con el artículo 8.1 de la Constitución», como el propio presidente anotó en su Directiva de Defensa Nacional.

Su «primer objetivo» es la protección «del conjunto de la sociedad española», de la «Constitución» que los socios de investidura y Gobierno de Sánchez quieren tumbar, de los «valores, principios e instituciones que ésta consagra para el pleno ejercicio de los derechos y libertades de toda la ciudadanía» y garantizar la «soberanía, independencia e integridad de España y el ordenamiento constitucional», puntos que, de nuevo, son desafiados por la inmensa mayoría de los socios de Gobierno del PSOE.

Pese a los ataques a la Monarquía, la Constitución y la integridad y soberanía única de España, las Fuerzas Armadas acaban de renovar el encargo del artículo 8.1 de la Carta Magna de manos del propio Sánchez.

El tercer objetivo descrito por el presidente, además, puntualiza esos retos: «Para la consecución de ambos objetivos es necesario garantizar la credibilidad de la Defensa Nacional, base de la disuasión y condición indispensable para una contribución e integración multilateral eficaz».

Es más, en otro de los apartados de esa Directiva de Defensa Nacional de Sánhez se añade que «el fomento de la conciencia y cultura de Defensa constituye un objetivo prioritario pues no puede existir una Defensa eficaz sin el interés y la concurrencia de los ciudadanos».

El presidente promete en ese mismo texto que «se impulsará una mejor calidad de vida y mejores oportunidades de formación para los hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas, y se potenciará el apoyo a sus familias».

Todo ello resultaría complicado vérselo firmar a los socios de Gobierno de Pedro Sánchez. De hecho, tampoco se ha visto defender en público con demasiada frecuencia a Pedro Sánchez párrafos como el que en esta Directiva de Defensa Nacional confiere a las Fuerzas Armadas una labor de protección directa de la Constitución, Instituciones e integridad de España. Pese a lo cual el documento es reciente y el Ejército cuenta con ese documento firmado de puño y letra del presidente.

Los Presupuestos

Sea como sea, la traslación de buena parte de estas premisas tampoco parece tener reflejo directo en algunas de las últimas decisiones, como pueden ser los Presupuestos. Y es que el incremento de los gastos que ha tenido que afrontar el Gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias por las nuevas prestaciones y aplazamientos de impuestos a los más afectados por la crisis del coronavirus ha castigado a Defensa.

Según los datos de ejecución presupuestaria de junio, Pedro Sánchez ha reducido en un 27% las inversiones en Defensa respecto al primer semestre de 2017. Mientras el Ejército se sumaba a las tareas de ayuda para paliar los efectos del coronavirus en lo peor de la pandemia, levantando hospitales de campaña y desinfectando residencias de ancianos y otros lugares a través de la UME, el Gobierno reducía sus inversiones en el sector hasta los 547 millones de euros. En 2019, las inversiones a cierre de junio fueron de 749 millones. La caída es del citado 27%.

En cambio, el Gobierno ha mejorado en el semestre las inversiones en el sector civil un 15%, hasta casi 1.000 millones de euros, principalmente por el Ministerio de Fomento, que incrementa su gasto en el periodo en un 17,8% -hasta los 662 millones-.

Necesidades de gasto

Por lo tanto, en un periodo de incremento de las necesidades de gasto por la pandemia y de uso de los recursos militares para labores de defensa de la población, el Gobierno de Sánchez ha decidido reducir el gasto e intentar ahorrar en los costes militares. En el apartado de ‘Pagos no financieros’ de la ejecución del Presupuesto hasta junio, las inversiones en Defensa son prácticamente la única partida que desciende, junto a las transferencias a la CNMC y otras entidades públicas.

Crecen en cambio los gastos de personal, por el incremento de los salarios de los funcionarios, a lo que hay que sumar el aumento de los altos cargos y personal de confianza del Ejecutivo formado en enero por PSOE y Podemos.
Con la reducción del gasto en Defensa el Gobierno compensa en parte los mayores fondos utilizados para gastos sanitarios. En concreto, según el informe de Hacienda, se han destinado 993 millones de euros a gastos sanitarios y de farmacia en el primer semestre, partida que existió en 2019. A cambio, este año no ha habido que afrontar 319 millones de costes electorales que sí hubo el año pasado.

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