El invitado estrella de Puigdemont en Bruselas es el portavoz de una organización aliada de Al Qaeda

Carles Puigdemont - Bruselas
Puigdemont, con

Carles Puigdemont aspiraba a que su acto, este martes en Bruselas, fuese una declaración de intenciones de su referéndum ilegal ante las instituciones comunitarias. Pero, en su lugar, y para fiasco del president, acabó siendo un evento para independientes convencidos, sin presencia alguna de representantes europeos y con muchas imágenes llamativas.

Entre los invitados destacó especialmente Moussa Ag Assarid. Su presencia llamó la atención de los asistentes, sobre todo, por su particular atuendo tuareg.

Maliense, Assarid no dudó en apoyar con entusiasmo a Puigdemont en su reclamación secesionista, con aplausos e incluso mezclándose entre un grupo de catalanes llegados de Calafell y portando una de sus pancartas pro-independentista. Tras la conferencia, ambos conversaron animadamente.

La independencia no reconocida de Azawag

Moussa Ag Assarid es el portavoz en Europa del Movimiento Nacional para la Liberación del Azawag (MNLA), una organización político-militar que en 2012 protagonizó la conocida rebelión tuareg- una revuelta con 200.000 desplazados- que declaró finalmente la independencia unilateral de la región de Azawad (Mali). Esa independencia nunca ha sido reconocida por ningún organismo internacional y ha sumido a la región en la más absoluta inestabilidad y el caos.

 

El MNLA protagonizó un duro enfrentamiento armado con las fuerzas gubernamentales de Mali en el año 2012, precisamente en enero de ese año  Ag Assarid se convertía en portavoz en Europa del MNLA. Este ejército de rebeldes tuareg fue tomando ciudades en el norte del país. A ellos se unieron los yihadistas de Ansar Dine, una organización terrorista vinculada a Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), que pretende instaurar una república islámica. Poco a poco fueron tomando las plazas más importantes como Gao, Ménaka y Tombuctú, en los pueblos que quedaban bajo el control de Ansar Dine se implantaba la sharia.

La inestabilidad en el norte acabó provocando un golpe de Estado militar que derrocó al gobierno de Bamako ante la imposibilidad de frenar la revuelta tuareg. Pese a ello, la falta de coordinación y el caos en las fuerzas oficiales provocó que el MNLA y Ansar Dine se hicieran con el control de la zona conocida como Azawag.

La ciudad de Gao, según un informe de Amnistía Internacional, fue objeto del saqueo y de violaciones en grupo por parte de los tuaregs y de las fuerzas islamistas. La minoría cristiana fue perseguida en la ciudad. «Los rebeldes han saqueado y quemado todo lo que han encontrado en la iglesia de Gao al grito de Allah Akhbar», rebeló una fuente al diario británico The Guardian.

Los que en un tiempo fueron aliados para combatir al ejercito maliense, cuando lograron la victoria y el control sobre la zona de Azawag comenzaron una disputa por el poder. El continuo enfrentamiento entre las guerrillas de la zona culminó con la expulsión del propio MNLA, lo que dejó el territorio en manos de los yihadistas de Ansar Dine. Antiguos aliados de Ag Assarid para la independencia de Azawad, esta organización está clasificada como una amenaza terrorista internacional por sus vínculos con Estado Islámico en el África Subsahariana.

Puigdemont a lo suyo

Puigdemont insistió en Bruselas en sus mismos argumentos: el ataque al Gobierno por haber «rechazado categóricamente cualquier negociación» sobre un referéndum ilegal, y haber utilizado «políticamente» el Tribunal Constitucional contra su causa.

El president animó a las autoridades comunitarias a implicarse: «Europa no puede mirar hacia otro lado. Europa debe ser parte de la solución», dijo. No obstante, el mensaje cayó en el vacío, porque ningún alto cargo comunitario estaba presente. La representación europea se limitó a una veintena de los 751 eurodiputados que habían sido invitados. En su lugar, entre los asistentes abundaban catalanes residentes en Bruselas o procedentes de Cataluña, invitados expresamente por los organizadores. Incluso, por menores, hijos de catalanes en la ciudad belga y que aprovechaban para hacer una visita a las instituciones comunitarias.

Puigdemont insistió en que el referéndum se celebrará este año e hizo oidos sordos a las advertencias que, desde Europa, aseguran que una Cataluña independiente tampoco será reconocida.  El presidente catalán aseguró que sí, porque ese proceso equivale, dijo, a un «proceso de ampliación interna».

Una tesis a la que Bruselas niega toda validez. Una Cataluña independiente quedaría automáticamente fuera de la Unión y tendría que pedir el reingreso, que podría ser vetado por cualquier Estado miembro.

 

 

 

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