Valcárcel: «Lo de Puigdemont no es un acto institucional en la Eurocámara, es una reunión de amigos»
Se da la paradoja de que en el momento en el que el Partido Popular Europeo (PPE) concentra más poder en las instituciones de la UE, uno de los pocos países donde éste ha logrado sobrevivir a la crisis no tiene una representación acorde a su tamaño e importancia en Europa. Sólo Ramón Luis Valcárcel ostenta un puesto importante en la Unión Europea, es vicepresidente de la Eurocámara, reelegido este mismo miércoles en primera votación, tras la renovación obligada de cargos tras la salida del hasta ahora presidente del Parlamento de la Unión, el socialista Martin Schulz.
Valcárcel atiende a OKDIARIO por teléfono desde su despacho de la Eurocámara, a caballo entre Bruselas y Estrasburgo, e insiste en «los enormes desafíos que afronta la UE este año 2017», al tiempo que se muestra «orgulloso y agradecido» por la confianza que le han mostrad sus compañeros en la elección.
Pregunta.– ¿A qué atribuye usted su reelección como vicepresidente de la cámara en primera vuelta?
Respuesta.– Hombre, no podría decir lo mismo que hace dos años y medio, cuando también salí en primera votación, porque entonces era por un acuerdo entre las dos grandes formaciones políticas, el PPE y el Grupo Socialista. En esta ocasión, habrá que atribuirlo, además de a que estoy en un partido importante, al trabajo que he realizado este tiempo que han debido de valorar bien quienes me han votado. Y, probablemente, a que he hecho una campaña muy próxima e intensa, creo que no me he dejado un solo diputado sin visitar para ofrecerle mi trabajo y pedirle su confianza con el único empeño de trabajar por los ciudadanos europeos.
P.– ¿No cree que españa está infrarrepresentada en la UE?
R.– Yo creo que no, que España está bien ubicada en el orden internacional. Bien es verdad que en la UE tenemos un comisario, porque siempre un Estado miembro lo tiene, y un vicepresidente del Parlamento… y ahí se acaba todo, es cierto. Nos gustaría tener más personas en el ámbito europeo, como en otros tiempos. Aspiramos a ello.
P.– Se lo decía por la posibilidad de que con más de fuerza en las instituciones sería más fácil parar actos como el ‘happening independentista’ que la semana que viene van a celebrar Puigdemont en la Eurocámara.
R.– La presencia de Puigdemont en este acto separatista no es un acto del Parlamento Europeo, y eso hay que dejarlo claro porque si no se lo van a querer apropiar como un acto institucional. Y no es así. Es una reunión de amigos que se podría haber hecho en cualquier restaurante de Bruselas. No lo quiero menospreciar, pero ésa es la verdad tal cual es. Puigdemont viene a un acto de amigos que ocupará un espacio físico en un edificio público pero no bajo la marca institucional del Parlamento Europeo. Digan lo que digan, eso es lo que es.
P.– ¿Pero un mayor peso político de España no podría evitar estas cosas?
R.– Yo creo que no. Porque éste es un parlamento supranacional con 28 Estados miembros, y muchos eurodiputados hacen actividades de este tipo. Hoy hablamos de Cataluña, otro día fue Otegi, en otras ocasiones han venido amigos de estos grupos políticos con independentistas flamencos, escoceses… Pero tiene la relevancia que tiene, que no es mucha en realidad.
P.– ¿España está mejor vista en Europa tras volver la estabilidad institucional?
R.– España está mejor vista ahora tras resolver su interinidad, sobre todo por parte de la Comisión, que era la que amenazaba con sanciones. Los españoles han decidido y gobierna el PP gracias también a la responsabilidad de otros grupos. Esa estabilidad se proyecta y ofrece garantías en la UE. Yo llevé la voz cantante de que no había derecho de que a un país cuyos ciudadanos habían sufrido tanto mientras se hacían los deberes, se le sancionara… Luego nos extrañaríamos de que crezca el euroescepticismo. ¿Cómo no va a crecer si Europa no se comporta como un amigo, sino como quien castiga?
P.– El Gobierno de Rajoy es uno de los pocos que ha sobrevivido a la crisis, pero a la vez ha nacido un movimiento euroescéptico de extrema izquierda como Podemos. ¿Eso cómo se ve desde Bruselas?
R.– Podemos es un fenómeno complejo. Nace porque hacen promesas a las gentes que están desesperadas, porque el PP gobierna y ha de tomar medidas incómodas para reformar el país, y además porque hay un PSOE muy débil, que ha perdido el norte… y que aún no ha resuelto su situación, que ojalá lo haga porque sería bueno para España. Pero le voy a decir una cosa, aquí en el Parlamento Europeo, Podemos se está diluyendo. Mis compañeros se preguntan: ¿los diputados de Podemos qué grandes cosas hacen, qué ideas presentan, qué aportan? ¡Nada! Pero eso no significa que hayamos pasado el sarampión, sino que tenían unas pretensiones que no van a conseguir. Pero están ahí, siguen siendo la segunda fuerza política en España, hasta que el PSOE resuelva su problema y los supere. Iban de ‘enfant terrible’, pero se están diluyendo y espero que se diluyan del todo.
«No hemos pasado el sarampión de Podemos, pero en la Eurocámara se están diluyendo, y espero que se diluyan del todo»
P.– ¿A qué atribuye usted que no haya habido acuerdo para el relevo de Schulz entre los socialistas y los populares?
R.– A una ruptura por parte del grupo socialista de un acuerdo entre ellos, los liberales y el PPE. No hay más. Lo que valía ayer para que el presidente del Parlamento Europeo fuera un socialista, hoy ya no vale cundo lo que corresponde según lo firmado es que el presidente sea un popular, el señor Tajani. Se basan en argumentos sin peso, como el equilibrio político, que no es posible que la Comisión, el Consejo y el Parlamento estén en manos de populares. Habrá que recordar que el PPE no aspiraba a presidir el Consejo Europeo con el señor Tusk, fueron los socialistas los que renunciaron a ello porque preferían que la señora Mogherini fuera la Alta Representante de Política Exterior. Son argumentos de muy mal pagador. Pero ya hay que empezar a trabajar para alcanzar consensos, porque lo que menos le importa a la ciudadanía europea son nuestras relaciones personales. Los ciudadanos piensan ‘señores eurodiputados, ustedes ya están muy bien ubicados –y todos entendemos a qué me refiero–, pónganse a trabajar’.
«Los socialistas han quebrado el acuerdo institucional en el peor momento para la UE, 2017 está lleno de dificultades extremas»
P.– ¿Cree usted que esta división entre los dos grandes grupos llega en el peor momento? Porque en 2017, Europa afronta enormes desafíos…
R.– Eso más que una pregunta es un diagnóstico, pero es cierto… Lamentablemente, llega en el peor momento para la UE. Tenemos situaciones inimaginables hace 10 años. El crecimiento de la extrema izquierda y de la extrema derecha con valores contrarios a la UE, tenemos la inseguridad y el terrorismo yihadista, tenemos la situación humanitaria desatendida de los refugiados que mueren de frío por no morir de balas en su país… Esta quiebra es lo peor ante las dificultades extremas que vienen.
P.– Uno de esos desafíos de la UE este año es el Brexit, sobre lo que usted ha trabajado mucho.
R.– Vemos con preocupación que el Brexit lleve a situaciones contra los derechos de los trabajadores y otros derechos sociales. Esperemos que Reino Unido no avance por ese camino, porque aún no sabemos lo que hay. El último discurso de Theresa May tampoco entró en detalles, sólo dio pinceladas.