Banca

Sabadell renuncia a la compra de Unicaja tras detectar ‘agujero’ de 1.700 millones en deuda pública

Al integrar Unicaja, el capital del Sabadell quedaría por debajo de lo exigido por el BCE aunque vendiera TSB

Sabadell, Unicaja
Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

La que podía ser la primera fusión bancaria en España desde 2021 se viene abajo. Tras realizar un análisis en profundidad las tripas de Unicaja Bancocomo adelantó OKDIARIO, el Banco Sabadell ha concluido que no salen los números para seguir adelante con la operación. El principal motivo es el agujero de la cartera de deuda pública de la entidad malagueña, que se ha disparado de 1.300 millones a 1.700 en lo que va de año, según un banquero involucrado en la operación.

Como ha explicado este medio, la subida de tipos de interés ha provocado una pérdida de valor de los bonos del Tesoro que los bancos tenían en balance. El agujero es tan grande que el BCE está considerando imponer un recargo de capital. Esta pérdida no tiene que reflejarse en las cuentas ni en los fondos propios al estar en la cartera de bonos a vencimiento, pero sí en caso de una fusión, ya que la norma contable obliga a poner todos los activos a valor razonable y a llevar contra el capital la citada minusvalía.

En el caso de Unicaja Banco, esta pérdida latente alcanza los 1.700 millones, lo que reduciría el capital de la entidad combinada en torno al 11,6% frente al 12,87% que presentaba el Sabadell en solitario al cierre del primer semestre. A eso habría que añadir  los gastos de reestructuración, es decir, el coste de los despidos y cierre de oficinas que se acometen en una fusión para alcanzar las sinergias esperadas. Estos gastos ascenderían a algo más de 1.000 millones brutos en el caso de Sabadell-Unicaja, y el BCE (que es muy conservador) le obligaría a apuntárselos también contra capital el primer día aunque en realidad se paguen a lo largo de varios años.

Sumando algunos costes necesarios más (riesgos legales, mayores provisiones, indemnizaciones por romper contratos de seguros, etc.), que pueden sumar cerca de 300 millones, el capital de la entidad fusionada caería a la zona del 10,75%, según las estimaciones del Sabadell. Una cifra inadmisible para el BCE, que le obligaría a tomar medidas para reforzar su solvencia.

La más obvia sería la venta del británico TSB, pero eso tiene el problema de encontrar un comprador interesado y del precio que éste estaría dispuesto a pagar. Salvo que el Sabadell consiguiera una valoración muy alta de su filial, no serviría para restablecer el capital perdido.

Rechazo de Unicaja al ERE

Precisamente, un segundo motivo para el rechazo a la operación es la oposición frontal de la Fundación Unicaja, primer accionista de Unicaja Banco con el 30% del capital, a acometer un ERE en su región de origen por el impacto social y reputacional que tendría. Las antiguas cajas de ahorros (como Abanca, Ibercaja Kutxabank) son muy reticentes a estas medidas traumáticas en sus territorios. Así, aunque la antigua Liberbank sí había acometido varios ERE (en especial en lo que fue Caja Castilla-La Mancha), Unicaja tiene pendiente hacerlo en su perímetro anterior a aquella fusión.

Unicaja-Banco
Isidro Rubiales, nuevo CEO de Unicaja Banco.

Asimismo, hay una cuestión política: los gestores de Unicaja quieren controlar solos el negocio en Andalucía sin compartir el poder con nadie. Hay que recordar que la política ha tenido un papel muy relevante en la guerra de poder con Liberbank, ya que Unicaja embarcó al grueso de los partidos de su ciudad para preservar la «malagueñidad» del banco y evitar «que manden los asturianos» o que «el pez chico se coma al grande».

Lógica de la fusión

Unicaja Banco ha quedado muy debilitada tras la crisis de gobernanza de que se saldó con la toma de control del ‘bando malagueño’ y la sustitución del consejero delegado, Manuel Menéndez (procedente de Liberbank), por Isidro Rubiales (número dos del presidente de Unicaja, Manuel Azuaga). Eso la convierte en la presa perfecta para una operación corporativa, que estudiaron este verano Santander, BBVA y Sabadell, como adelantó OKDIARIO. Pero los dos grandes tiraron la toalla, ya que su foco no está puesto en crecer más en España.

Eso dejó solo al Sabadell en la carrera, y contaba con el apoyo del BCE -que quiere bancos más grandes y resistentes ante el frenazo económico que ya ha comenzado-, así como de los accionistas comunes de las dos entidades, Tomás Olivo y la familia dueña de Mayoral. El gran atractivo para el banco catalán eran unas sinergias cifradas en unos 350 millones, en torno al 40% de la base de costes de Unicaja. Asimismo, le aportaría un importante negocio minorista que complementaría el mayor foco en pymes del Sabadell.

Sin embargo, los problemas citados, en especial las enormes pérdidas latentes en la cartera de deuda pública, han provocado que el Sabadell renuncie finalmente a la operación.

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