Los riesgos relacionados con la tecnología ponen en alerta al sector asegurador
Los ciberataques, la IA y la velocidad de los cambios tecnológicos son las tres mayores amenazas para el sector asegurador en los próximos años
Así se desprende del informe Banana Skins 2025, elaborado por PwC


Por primera vez en los últimos catorce años, los riesgos relacionados con la tecnología se colocan en las tres primeras posiciones del ranking de amenazas para las compañías de seguros de todo el mundo. Así se desprende del informe Banana Skins 2025, elaborado por PwC y el Centre for the Study of Financial Innovation (CSFI), y que desde 2011 analiza los riesgos a los que se enfrenta la industria aseguradora, a partir de la opinión de cerca de 700 directivos del sector en 42 países.
El estudio refleja el peso y la importancia que la tecnología ya tiene en las aseguradoras y sitúa a los ciberataques, la Inteligencia Artificial (IA) y al cambio tecnológico como las tres amenazas más urgentes a las que se van a enfrentar las compañías del sector en los próximos dos a tres años.
Los ciberataques se mantienen en la primera posición del ranking por tercera edición consecutiva del informe, como consecuencia del incremento del número de ataques y de su sofisticación, de la proliferación de los denominados ransomware as a service, y del potencial uso de la IA para cometer delitos todavía más impactantes y complejos de detectar.
Sin embargo, lo más destacado de la edición de 2025 del Banana Skins, es la irrupción del mal uso o de un gobierno pobre de la IA como una de las amenazas que más están creciendo en el sector, y que ha pasado de la séptima a la segunda posición del ranking. La industria aseguradora está preocupada por la gran capacidad de la IA para la comisión del fraude, así como por los riesgos de incumplimiento de la regulación por no contar con los controles internos adecuados. La IA abre grandes oportunidades de negocio para las compañías de seguros, pero también podría convertirse en una gran amenaza si no se sabe implementar todo su potencial de la forma correcta.
La tercera gran amenaza que señalan los entrevistados en el informe es la incapacidad de las empresas para seguir el ritmo vertiginoso de los cambios tecnológicos, lo que se debe a la proliferación de los sistemas tecnológicos tradicionales -el denominado legacy-, y en el alto coste de modernizarlos. Las compañías aseguradoras son conscientes que las ineficiencias de estos sistemas les pueden estar costando dinero, pero tienen dudas a la hora de actualizarlos ante el temor de podrían volver a quedarse obsoletos pronto. Saber dar los pasos correctos en este sentido, puede convertirse en un factor diferencial y en una ventaja competitiva en el mercado.
Presiones regulatorias y macroeconómicas se intensifican
El informe de este año muestra un fuerte aumento en la preocupación por los riesgos macroeconómicos, que ahora se perciben como los más graves de la última década. La inflación persistente, la incertidumbre sobre la evolución de los tipos de interés y la inestabilidad geopolítica están creando un entorno desafiante para las aseguradoras, dificultando su planificación estratégica y su crecimiento.
Los encuestados consideran que en la base de todos estos riesgos se puede concretar en un problema específico: que el seguro se convierta en un producto de difícil acceso. La amenaza reputacional para las aseguradoras, así como la dificultad del sector para agrupar los riesgos de manera efectiva cuando las malas condiciones macroeconómicas presionan la asequibilidad de los productos, son algunas de las cuestiones que más preocupación generan entre los encuestados en el estudio
El riesgo regulatorio también ocupa un lugar destacado. Los profesionales del sector expresan su frustración por la falta de alineación entre las prioridades regulatorias y la rápida evolución de los riesgos. La preocupación más urgente es que los reguladores no estén avanzando al mismo ritmo que las amenazas emergentes, especialmente aquellas impulsadas por el cambio tecnológico. Además, persisten las dudas sobre la relevancia y la calidad en la implementación de la regulación actual, con peticiones de una gobernanza más ágil y con visión de futuro, que apoye la innovación sin comprometer la integridad del mercado.
Para Pedro Díaz Leante, socio responsable de Seguros en PwC, “el informe confirma que el tablero de riesgos del sector asegurador ha girado definitivamente hacia la disrupción tecnológica. Cibercrimen, inteligencia artificial y modernización de sistemas no son ya asuntos de innovación, sino de supervivencia estratégica. Al mismo tiempo, la macroeconomía y el cambio climático siguen presionando los balances y obligan a replantear modelos de negocio y de capital. La lección clave es clara: las aseguradoras que integren resiliencia y escalabilidad tecnológica y encaje regulatorio, sin perder la vista a los impactos del cambio climático, en el centro de su estrategia serán las que preserven la confianza del cliente y la relevancia de la industria en la próxima década.”