Elecciones generales: ¿qué nos propone la izquierda?

«El socialismo fracasa cuando se les acaba el dinero… de los demás». Margaret Thatcher

Siguiendo el hilo de la semana pasada donde les exponía mi opinión personal sobre las diferentes propuestas económicas de los partidos de centro derecha a derecha de España, este lunes me gustaría analizar y enfatizar las diferentes propuestas económicas de los partidos de izquierdas dominantes, concretamente PSOE y Unidos/as Podemos. Considero que previamente es importante recalcar mis preferencias doctrinales como economista que soy, infinidad de ellas bajo las teorías de Hayek y von Mises, especialmente las obras de Rothbard, lo que sugiere que mi análisis siempre sale de mí como la creencia de que la economía parte de la capacidad del ser humano de emprender, dicho de otro modo, de resolver sus problemas mediante la acción humana y por ende; ¡el incentivo!

Aquí es donde claramente me cuesta posicionarme en sentido favorable sobre la doctrina económica de Unidos/as Podemos, puesto que si bien es cierto que no carece de sensibilidad alguna, carece de mucho sentido común en su implementación. Aquello en lo que basa Podemos su programa económico es en expoliar a las rentas más altas mediante el gravamen del 47% del IRPF, en las rentas de más de 100.000€ anuales y de hasta un 55% en las rentas de más de 300.000€ añadiendo, y no poca, presión fiscal a las grandes corporaciones.

Destaca el nuevo impuesto al patrimonio de las grandes fortunas, a partir de 1.000.000€ estando exentos 400.000 euros por vivienda habitual, ¿para un chalet quizás? Estas medidas deberían permitir recaudar hasta 2022 un total de 40.000MM€ añadidos, lo que podría ayudar a lo que sin lugar a dudas es la buena noticia del programa de las izquierdas, ‘la lucha con la desigualdad social’. Aquí, Podemos plantea una subida del salario mínimo hasta los 1.200€ en la próxima legislatura y en 34 horas semanales la jornada laboral. La renta mínima garantizada queda en los 600€ y se rebaja el impuesto sobre el IVA en los alimentos hasta el 4%, ¡bonito pero nada realista!

El programa económico del PSOE casa en muchos sentidos con el de Podemos y destaco la mención al salario mínimo propuesto por el Partido Socialista, que debería seguir incrementándose de los 900€ a los 1.000€, sustancialmente más realista que el de Podemos. Destaca la mención expresa a una reforma íntegra al régimen de los autónomos, en el que se marquen parámetros de cotización justos y realistas en función de los ingresos. Deberíamos ver que estas medidas se contravienen a la tarifa plana propuesta por la derecha y que claro está, mejorará el rango para los autónomos con poca actividad, pero incrementando las cotizaciones para los autónomos con mayor rendimiento, algo en mi opinión injusto.

Sorprendentemente el programa del PSOE no hace mención expresa a nuevas políticas fiscales sobre IRPF, pero sí al IVA reduciéndolo al 4% en este caso sobre productos infantiles de primera necesidad y productos de higiene femenina, políticas que por supuesto aplaudo. En sociedades, en el PSOE dan continuidad a su reforma fiscal propuesta, creando un tipo mínimo del 15% para grandes empresas y del 18% para banca y petroleras. Quedaría pendiente de saber cómo se delimita la mayor carga fiscal para salarios de más de 140.000€ y el impuesto sobre el patrimonio, pero sin mayor concreción. Destaca sobremanera el incremento en el gasto público y las dotaciones en su presupuesto a políticas sociales.

No cabe duda de que subir el salario mínimo y la renta mínima garantizada, junto con bajar el IVA a productos de primera necesidad es un punto a destacar, que la derecha debería incorporar en sus programas. La solidaridad no es una política exclusiva de la izquierda. Sin embargo como les decía, el incentivo es lo que hace crecer la economía y subir las prestaciones por desempleo o los salarios, implica siempre ahogar al motor que genera economía; ¡las empresas! Si a un empresario le dices que si gana más dinero pagará más impuesto en sociedades y en renta personal y que encima deberá subir sus costes laborales, le invitas o bien a cerrar o a buscar otro domicilio fiscal, algo en mente de muchos actualmente.

Creo que se puede exigir a las grandes corporaciones una subida en el salario mínimo siempre que haya una contraprestación. Es decir, en lugar de castigar, ¡incentivar! Por ejemplo, un rango salarial en función del CV académico, que estimule el trabajo cualificado y retenga el talento a no irse de nuestro país. Por otro lado, una rebaja de impuestos que incentive la creación de empleo a cambio de reordenar las desigualdades salariales entre categorías en todas las empresas. Hacerlo de otra manera, no solamente es inviable sino que aboca a nuestra economía a una espiral bajista de más gasto, menos ingresos y más deuda. ¡Así quebró Grecia señores!

Concluyendo, pienso que si bien no cabe duda de que en materia social estamos ante las elecciones más importantes de la democracia española, en materia económica estamos ante una oportunidad sin igual. Y es que buscar el equilibrio entre las políticas sociales, aquellas que ayuden a corregir la desigualdad existente mediante la búsqueda de fórmulas que incentiven a las empresas a generar empleo de calidad, mejorando el salario mínimo y permitiendo recaudar más impuestos debido al crecimiento de la propia economía, no sólo es básico sino necesario, puesto que hacerlo ayudando a las empresas con una descarga fiscal a cambio de inversión y a los ciudadanos a cambio de un mayor consumo, de facto permitiría mejorar las pensiones del temido “baby boom”, ya que la mejor manera de llenar la hucha de las pensiones es hacer que en España nos dejen ponernos a trabajar libremente a empresarios, y de ese modo dotar de empleos de calidad a los ciudadanos. ¡Libre albedrío empresarial!

Gisela Turazzini CEO, Blackbird Broker