MERCADOS FINANCIEROS

El conflicto entre Irán e Israel dispara las cancelaciones de envíos un 59% y encarece las rutas marítimas

Los fondos de inversión aumentan sus posiciones largas en el petróleo y anticipan una subida de precios

Una refinería en Irán. (Getty Images)
Una refinería en Irán. (Getty Images)

El comercio marítimo abarca otro reto que se suma a la volatilidad de la guerra comercial abierta de Washington: el estallido de una guerra entre Irán e Israel. Así, las arterias clave para el comercio global ubicadas en el Mar Rojo (en su conjunto, el Canal del Suez, el Estrecho de Ormuz y Bab-el-Mandeb) vuelven a estar en el punto de mira de los operadores, que buscan navegar las aguas del Golfo Pérsico con más cautela y a la vez, asegurar la llegada de sus pedidos. Esta región, en conjunto con Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos, es responsable por un tercio del suministro petrolero.

Las cadenas de suministro empiezan a sentir las primeras réplicas que supone una escalada entre Israel e Irán, que controla el Estrecho de Ormuz y alberga decenas de refinerías y plataformas petroleras en sus costas. Drewry, una consultora de transporte marítimo que elabora cada día un índice de tarifas, ha alertado que el 59% de los envíos serán anulados a partir de julio debido a la volatilidad.

«El transporte mundial de contenedores sigue lidiando con las perturbaciones y la volatilidad de las tarifas en el mercado continúa» ha apuntado la empresa. «Así, anima a los cargadores a seguir siendo flexibles y navegar mejor la incertidumbre actual».

Por otro lado, las tarifas marítimas de referencia se dispararon un 20% el pasado viernes tras conocer los primeros ataques a Irán por parte de las Fuerzas Armadas israelíes en la madrugada del pasado viernes. Desde entonces, los enfrentamientos entre Teherán e Jerusalén no han bajado de volumen.

La exposición del sector petrolero al conflicto Irán-Israel —que se ha contenido en gran medida debido a las repercusiones graves que podría tener tanto para los mercados como la infraestructura nuclear— ha insuflado algo de miedo en el mercado. Los futuros tanto del barril del Brent y el West Texas Intermediate experimentaron un repunte del 13% el pasado viernes. 

Los fondos de inversión empezaron a cambiar su estrategia a la hora de cifrar un precio al barril del petróleo, incluso horas antes del ataque israelí el pasado viernes.  El bombeo de oferta por parte del cartel de países exportadores ya no es suficiente para mantener suprimidos los precios. Según datos de Nymex, los grandes fondos de inversión empezaron a alzar sus apuestas largas en los barriles del West Texas Intermediate, el crudo de referencia de Estados Unidos.

En este sentido, los estrategas de Rothschild Asset Management contemplan, bajo su peor escenario, que la principal consecuencia de este conflicto «sería una interrupción de los flujos del petróleo, con el riesgo potencial del cierre del Estrecho de Ormuz, además de una subida incontrolada de los precios del crudo». En este caso, prevén que podría llegar a provocar «una fuerte corrección de los activos de riesgo ante el riesgo de una recesión económica mundial».

Samy Chaar, economista jefe y CIO de Lombard Odier en Suiza, mantiene algo más de calma. «Hasta ahora, esto sigue pareciendo más una confrontación controlada, aunque las turbulencias en el mercado se estén reflejando como era de esperar en los precios de las materias primas, especialmente el petróleo» apunta Chaar. «Pero, al menos por ahora, no hay señales de una escalada irreversible».

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