Las claves de la escalada en Oriente Próximo: ¿Qué supone para la economía global la guerra Israel-Irán?
Los analistas contemplan un escenario con el barril del crudo en torno a los 100 dólares si persisten los ataques
Wall Street, Asia y Europa se hunden tras el enfrentamiento bélico

Los mercados vivieron una jornada convulsa este viernes tras conocer en la madrugada que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, había bombardeado con 200 aviones a varias instalaciones nucleares en Irán. Este nuevo frente bélico subió el volumen —de forma inmediata— a las tensiones existentes en Oriente Próximo. Así, Netanyahu cruzó una línea roja que llevaba décadas contenida y volvió a espantar a los inversores, ya trastocados por la guerra comercial.
El pesimismo rebotó a velocidad de relámpago y contagió a las Bolsas desde Asia hasta Europa. Los barriles del Brent (la referencia en Europa) y los barriles del West Texas Intermediate (la referencia Norteamericana) se dispararon en las dobles cifras hasta tocar máximos de 2021. El barril del West Texas tocó 72 dólares. Esta reacción severa en los mercados se debe a las consecuencias que un enfrentamiento entre Tel Aviv y Teherán implican no sólo para la economía, sino para la seguridad global en general.
El ataque llegó apenas unas horas después que Irán, que lleva años enriqueciendo uranio, desafío al Organismo de la Energía Atómica (OIEA) al anunciar que abriría su tercera instalación de enriquecimiento tras recibir una sanción por parte de la propia agencia. Además, el bombardeo llegó en un momento delicado; a días de que se celebre la sexta reunión entre Estados Unidos y Irán en Omán para buscar un acuerdo nuclear entre ambas.
Las relaciones no siempre eran así. Irán e Israel mantenían relaciones cercanas allá por los 1950, cuándo Teherán aún estaba bajo el liderazgo del Shah (significa Rey en farsee) Mohammad Reza Pahlavi, el rey de la dinastía iraní. Todo estalló tras la revolución islámica dentro del antiguo imperio pérsico. El cambio de régimen, que ahora sostiene a países árabes como Líbano, Irák y el pueblo palestino, puso fin a la amistad entre ambas. Además de las potencias nucleares que posee el programa atómico la República Islámica, Estados Unidos e Israel temen al llamado Eje de Resistencia, la alianza que lidera Irán con milicias en Líbano, Irák, Yemen y en Gaza.
Ormuz y el crudo a 130 dólares
No obstante, el punto clave que vigilan estos días los analistas y estrategas es el estrecho de Ormuz, ubicada en el Golfo Pérsico y controlado por Teherán, es un punto clave del comercio global marítimo y responsable por el 26% del movimiento global del petróleo. El estrecho está salpicado por decenas de plataformas petroleras.
Arabia Saudí, el reino que financia su economía en gran medida con los petrodólares, es la potencia más vulnerable al cierre del Ormuz. En este sentido, si Irán cierra el estrecho (como lo ha hecho en varias ocasiones) como represalias, implicaría precios más altos del crudo y otro obstáculo más para el comercio global. En términos sencillos, los analistas se preocupan que las tensiones podrían disparar los precios del crudo hasta los 130 dólares por barril, como contemplan los estrategas de JP Morgan en el peor caso. Otro temor es la pérdida de una fuente de petróleo vital si Irán cierra al grifo a sus propias exportaciones.