¿Cómo prevenir la morosidad en la empresa?

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(Foto: GETTY/ISTOCK)

Como hemos visto en otro artículo, la morosidad tiene un impacto muy negativo en términos de conseguir financiación. Cuando una empresa empieza o mantiene una relación comercial con otra, es imposible saber con total certeza, a priori, cuál será su evolución.

Es más: puede que con el tiempo una compañía que tenía una posición solvente y estable, por diferentes motivos propios de su funcionamiento o por las propias inercias del mercado, entre en una situación complicada que no esperábamos y deje de pagar en las condiciones y plazos que se estipularon en un principio.

Ahora bien, existe una serie de acciones que se pueden desarrollar para intentar evitar, en la medida de lo posible, entablar relacionar con empresas que incrementarán nuestra cifra de impagos. Las medidas a desarrollar son las siguientes:

Contar con el máximo de información posible del cliente

Existen informes comerciales que pueden dar una idea clara sobre cuál es la situación de la empresa con la cual se va a iniciar la relación comercial. Además, siempre hay que consultar a los registros de morosos del ASNEF y el RAI conforme la compañía no tiene ninguna deuda con otra.

Fijar de forma clara y concreta las condiciones de pago

En el contrato hay que estipular claramente cuáles serán las condiciones mediante las cuales se llevarán a cabo los pagos y, en caso de incumplirse, las medidas que se tomarán o intereses que deberá de afrontar en caso de impago.

Fijar una estrategia de recobro

En los últimos años, hemos visto como han aparecido bastantes empresas que se han especializado en la gestión del recobro. Se trata de profesionales que se encargan de llamar a la persona o empresa morosa para recordarle que tiene la deuda. Se trata de una estrategia agresiva que no necesariamente tendrá unos buenos resultados.

Si alguien no puede (o no quiere) pagar, por mucho que se llame o insista, no lo hará. Por lo tanto, en estos casos, es preferible dejar ese asunto en manos de abogados expertos que, conocedores de las leyes y de las acciones que se pueden emprender, se encarguen del asunto. Aunque pueda suponer un coste un poco mayor, se incrementa la probabilidad del éxito en el recobro.

Intentar cobrar una parte de lo acordado por anticipado

Es una forma de asegurarse el cobro de una parte de las ventas o trabajo. Además, puede ser un indicador de la fiabilidad de una empresa. Aunque no es del todo seguro, normalmente dará más seguridad una empresa que no tiene problemas para afrontar una parte del pago al momento que aquella que no puede o se niega a hacerlo.

Fijar un periodo de cobro inferior al de pago

No es una estrategia relacionada directamente con evitar la morosidad por parte del cliente, pero sí es muy relevante en términos de seguridad y disponibilidad propia. Hay que fijar unos plazos tales que la empresa pueda disponer de efectivo antes del momento que tenga que afrontar los distintos pagos.

De esa forma, se asegura que, en caso que los clientes vayan pagando con regularidad, disponer del dinero necesario para pagar a proveedores y otros. Del mismo modo, en caso que el cliente se retrase un poco, da un margen de tiempo más para poder disponer de este dinero y, por lo tanto, poder afrontar con este los pagos correspondientes.

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