Así promueve Ana Botín el ascenso de mujeres en los puestos directivos de Banco Santander

«Es fundamental que ascendamos a las mujeres, nos hemos comprometido pero no podemos discriminar a los hombres porque nosotros… nosotras no somos así». Esta significativa frase pronunciada por Ana Botín este miércoles durante la presentación de resultados anuales del Banco Santander sirve de ejemplo de cómo es la política de promoción interna de la primera entidad bancaria española, en la que Botín ha emprendido ya desde hace varios años un impulso feminista muy fuerte para lograr la paridad en los puestos directivos.

Botín no se mueve sola, ya que desde el mes de noviembre de 2017 la Comisión Europea pidió a las empresas con presencia en la Unión Europea que alcancen el 40% de mujeres en los consejos de administración. La exigencia europea era «dar prioridad a las mujeres cuando candidatos de iguales capacidades se postulen para un ascenso». En la misma línea, el Código de Buen Gobierno propuesto por la CNMV para las empresas cotizadas habla de un 30% de mujeres consejeras para 2020.

Pero el Banco Santander de Botín ya hace tiempo que ha pulverizado estas cifras. Con la incorporación de Pamela Walkden al consejo en noviembre del pasado año, superó la cifra del 40% de mujeres dos años antes de lo exigido. Y su objetivo es aún incorporar a más mujeres, pues ha anunciado que quiere llegar a «entre el 40% y el 60%» de mujeres consejeras.

Con respecto a las medidas para fuera del consejo, el banco se ha propuesto que en 2025 un 30% de los altos cargos y directivos sean mujeres.

«Intentamos que haya mujeres»

A Botín se le preguntó en la rueda de prensa de resultados por qué el nuevo presidente de Santander España no había sido una mujer sino Luis Isasi (ex Morgan Stanley). La directiva madrileña relativizó el caso recordando que «cuando llegué a Banesto en 2003 no había una sola mujer. Ahora tiene que haber más mujeres en los comités de dirección».

Para ello, el objetivo en Banco Santander es «aumentar un 50% las mujeres directivas en los próximos años. Estamos intentando en muchos puestos que en la listas finales haya mujeres candidatas. No es sólo diversidad de género sino de raza», ha dicho Botín, quien se inspira de esta manera en códigos de buen gobierno que ya están aplicando bancos norteamericanos, como JP Morgan, quien dijo la semana pasada que no participará en operaciones donde no haya diversidad de género y racial en los consejos y equipos directivos.

Un mandato que es quizás más fácil de cumplir en Estados Unidos (una sociedad multirracial, al menos en sus entornos urbanos) pero no tanto en países como España donde la diversidad racial es bastante menor.

Ana Botín se ha definido claramente como una mujer feminista y ha sido la principal abanderada del feminismo en el mundo empresarial español. La propia Botín ha dicho que «hace diez años no me habría proclamado feminista».

El movimiento hacia el feminismo del banco en los últimos años ya está siendo reconocido por índices internacionales, y recientemente ha sido el Índice de Igualdad de Género de Bloomberg de 2020 (Bloomberg Gender-Equality Index, GEI) el que ha nombrado a Santander como el banco con mayor puntuación.