¿En qué consiste el análisis DAFO?

Antes de empezar una actividad empresarial, es importante ser consciente de, a partir de los propios recursos, de qué es aquello que se puede realizar y en qué condiciones respecto la competencia. Además, hay que conocer la situación general del sector y el país donde se opera. Para poder reunir toda esta información, se recomienda el análisis DAFO. Cada letra hace referencia a un concepto: Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades.

Debilidades

Se trata de las desventajas competitivas respecto la competencia. Es un estudio a nivel interno de aquello que es imprescindible mejorar para poderse situar al nivel de las otras compañías que operan en el mercado. Una empresa puede tener las siguientes desventajas:

– Menor adaptabilidad a las necesidades de los clientes

– Menor capacidad productiva y financiera

– Menor presencia en lugares donde sí hay interés en el producto

– Peor imagen de marca

– Calendarización incorrecta, de forma que hay paros en el proceso productivo o no se consigue llegar al mercado al mismo tiempo que la competencia ante una novedad

– Peores condiciones de abastecimiento

– Desconocimiento de las necesidades reales del producto, que impiden adaptar el producto a ellas

– Mala organización o falta de una estructura clara de jerarquías, responsabilidades o de asignación de las tareas

Amenazas:

Se analizan los factores externos a la compañía que afectan a todo el sector. En este caso, las acciones deben ir dirigidas a conseguir que el impacto sea el menor posible. Algunas de las amenazas pueden ser:

– Cambios legislativos que requieran cambiar las condiciones, requerimientos o procesos del producto

– Cambios impositivos que supongan un mayor coste a asumir para las empresas

– Nuevos competidores

– Cambios en las preferencias de los consumidores respecto el producto

Fortalezas

Son aquellos aspectos sobre los cuales la empresa tiene ventaja competitiva respecto las otras. Así pues, el objetivo es reforzar los aspectos en los que se sea fuerte y transmitirlos al público objetivo. La empresa puede disponer de las siguientes ventajas competitivas:

– Mayor capacidad de recursos y financiera que las empresas de la competencia.

– Personal más productivo y especializado.

– Efecto experiencia: el hecho de llevar un tiempo en el mercado permite conocerlo mejor y aprovechar todo el know-how adquirido para conseguir unos mejores procesos o para poder adaptar el producto a las exigencias del mercado.

– Imagen de marca positiva, de forma que el cliente se siente vinculado por los valores que la compañía transmite.

– Mejor ubicación geográfica que las empresas de la competencia, ya sea porque se encuentra en el entorno donde hay más clientes potenciales o porque el lugar de producción está bien comunicado.

– Mejor relación calidad-precio que la competencia.

– Disponibilidad de determinadas acreditaciones o certificaciones de calidad.

– Estructura de organización clara, de forma que cada uno conoce cuál es su tarea y a quién tiene que remitirse en caso de dudas.

– Implicación de cada unos de los miembros de la organización, que comparten los valores de la compañía.

Oportunidades

Son aquellas situaciones en el mercado que, en un principio, pueden permitir a todas las empresas que operan en el sector beneficiarse de una serie de ventajas propias del momento actual. Dado que el efecto positivo es para todas las compañías por igual, la empresa debe intentar aprovecharlas mejor.

– Altas barreras de entrada que dificultan la entrada de nuevos competidores en el mercado.

– Aparición de nuevas oportunidades de desarrollo de mercado debido a una variación en las preferencias de los consumidores.

– Existencia de una nueva innovación que permite un incremente sustancial de la competitividad.

– Apertura de nuevos mercados donde poder exportar.

– Normativas gubernamentales favorables o medidas de apoyo al sector, que pasa a ser considerado estratégico o de especial interés.

– Reducciones de impuestos que facilitan la posibilidad de obtener márgenes mayores.