CONCEPTOS BÁSICOS DE ECONOMIA

¿Qué es y cómo se determina el tipo de interés?

interés
(Foto: iStock)

Es habitual encontrar el concepto de “tipo de interés” en los medios de comunicación en contextos un poco distintos. Por un lado, cuando una persona o empresa se decide a pedir financiación a una entidad, se fija en el tipo que deberá de afrontar en el retorno. Del mismo modo, un inversor que desea la máxima rentabilidad para su dinero se fijará en el tipo de interés que presenten los distintos instrumentos financieros, ya sean bonos, obligaciones, letras o depósitos.

Así pues, es habitual que se se defina el tipo de interés como el precio del dinero, es decir, la cantidad que se deberá de pagar de más en caso de buscar financiación o que se recibirá al realizar una inversión. Esta es la visión de la teoría económica monetarista, aunque la Escuela Austríaca realiza una definición mucho más precisa en la que se centra en el factor temporal, y que señala que, en lugar de ser el precio del dinero, el tipo de interés sería, más bien, el precio del tiempo.

¿Cómo se determina el tipo de interés?

El tipo de interés puede fijarse de formas distintas de acuerdo al mercado en el cual nos dirigimos:

  • Banco Central: la máxima autoridad monetaria de una zona tiene la potestad de determinar cuál es el tipo de interés por el cual las distintas entidades financieras se prestarán el dinero. En el caso del euro, tal función recae sobre el Banco Central Europeo. En los últimos años, con la finalidad de estimular la inversión, ha bajado el valor de los tipos hasta unos históricos 0%. Es decir, que los bancos no obtienen ninguna rentabilidad de su actividad prestataria entre ellos. Se esperaba que, gracias a esta medida, el crédito fluyera y ello repercutiera favorablemente en la economía, pero la realidad ha defraudado a las expectativas. Por el contrario, la Reserva Federal estadounidense ha anunciado distintas revisiones al alza de los tipos al considerar que su recuperación económica ya está consolidada.
  • Riesgo de la inversión: cuanto más riesgo conlleva una inversión, más alto es el interés que ofrece. El motivo es muy obvio: si es menos probable que el inversor recupere el capital invertido, mayor será el interés a ofrecer para que éste esté dispuesto a arriesgarse a invertir. Por el contrario, las inversiones más seguras presentan unos tipos menos elevados. Son inversiones dirigidas a inversores con más aversión al riesgo.
  • Plazo de la inversión: si la inversión es más larga, implica que el inversor no podrá disponer durante más tiempo de aquel dinero que ha invertido. Por lo tanto, también exigirá un retorno mayor.
  • Fijo o variable: en ciertos productos financieros, el tipo ofrecido puede ser fijo. En este caso, el interés que se deberá de afrontar es conocido en el momento de contratar el producto. Por lo tanto, la persona sabe el coste adicional a pagar y el importe de las distintas cuotas mensuales. Ahora bien, si se establece un tipo variable, su evolución dependerá de algún índice. En el caso de los préstamos, acostumbra a fijarse de acuerdo al Euribor. Así pues, el importe de la cuota variará de acuerdo a la evolución de este índice.

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