Xavi tiene deberes

El Barcelona hizo su estreno oficial esta temporada dejando un insípido empate contra el Rayo Vallecano. El conjunto culé fue incapaz de superar el entramado defensivo de los franjirrojos e incluso Ter Stegen tuvo que aparecer para evitar la derrota de los de Xavi. Pese a la gran ilusión generada a lo largo del verano gracias a la activación de las palancas y la llegada de grandes figuras, el técnico azulgrana tiene aún deberes por delante para cumplir con las altas expectativas que despierta el proyecto.

La llegada de Raphinha, Koundé y, especialmente, la de Lewandowski, además de la renovación de Dembélé, han desatado la euforia en la parroquia barcelonista y no es para menos. Después de una temporada aciaga, los movimientos realizados por el Barça en el mercado les permiten soñar con todo este curso, pero no han comenzado con buen pie.

Los problemas de puntería parecían resueltos con el fichaje del polaco, que viene de hacer más de 150 goles en las tres últimas campañas. Sin embargo, a Xavi se le han vuelto a aparecer los fantasmas del pasado. La falta de efectividad y la incapacidad para imponerse ante entramados defensivos sólidos como el que presentó el Rayo en el Camp Nou volvió a ser un problema.

El Barcelona fue superior al conjunto vallecano, dominó en el centro del campo y, durante parte de los minutos, encerraron a los de Iraola en su área. Pero, ni contando con un amplió abanico de posibilidades en ataque consiguieron abrir la alta. Les costaba encontrar la manera de generar ocasiones de gol y, cuando las tenían, se estrellaban con Dimitrievski o con cualquiera de los defensas rayistas. Por dentro eran incapaces de superar al muro de los madrileños, reduciéndose sus opciones a los centros o acciones individuales de sus estrellas.

Mismos problemas del pasado

La temporada pasada, el Barcelona se mostró inoperante en ataque. La puntería les fallaba cuando parecía que tenían todo a favor y, en su estreno en la presente Liga, volvieron a pecar de aquella falta de efectividad. Ni siquiera la llegada de Lewandowski, uno de los grandes goleadores de la última década, ha conseguido acabar con esa sequía. Pero tampoco la presencia de un renacido Dembélé o de un desbordante Raphinha han permitido a los culés imponer su superioridad en el marcador.

Xavi se lanzó con todo en el tramo final, metiendo a Aubameyang y Ansu Fati para resolver el partido. Sin embargo, ninguno de los dos pudo aportar más de lo que habían hecho el resto de sus compañeros en ataque. Ni contar con cuatro atacantes puros hizo que los azulgranas consiguieran imponerse en casa al Rayo, dejándose los primeros puntos de la temporada y, lo que es peor, volviendo a quedarse a cero. El técnico tendrá que seguir trabajando para evitar que se repita la falta de eficacia del pasado curso.