Rudy silencia el infierno griego
Rudy Fernández se convirtió en el héroe del encuentro que midió al Panathinaikos con el Real Madrid, después de anotar una canasta inverosímil en el último segundo de partido para culminar la remontada del equipo blanco (73-74) en el Olympic Sports Center de Atenas. El equipo blanco fue a remolque en el luminoso hasta el último tiro, cuando apareció Rudy en una jugada embarullada para solucionar el choque del lado merengue con una de las canastas del año.
El Real Madrid llegaba a Atenas con los deberes hechos y con la necesidad de medirse a un rival que podría volver a encontrarse en los cuartos de final, aunque al mejor de cinco partidos. Laso quería plantear el partido como un banco de pruebas en una de las canchas más complicadas del continente, con un ambiente de Final Four, pero sus jugadores, un día más, entraron sin la tensión necesaria al parqué, provocando que las primeras ventajas fueran claras y favorables a Panathinaikos, que ya tenía a Calathes haciendo de las suyas.
El equipo de Rick Pitino salió más enchufado y se comió al Madrid en la cancha, donde sólo Tavares rendía al nivel necesario entre los jugadores blancos que participaban en el encuentro. El parcial del primer cuarto dejaba claro lo que estaba sucediendo en Atenas, un 32-14 como comprobante de que el Real ni atacaba, ni defendía, ni tenía demasiadas ganas de competir.
El Panathinaikos se jugaba todo y después de los primeros diez minutos también lo tenía todo para llevarse el triunfo que les consolidara en la sexta posición de la clasificación, pero los griegos se han convertido en expertos en dilapidar su ventaja y si bien esta vez no ocurrió de primeras como en el encuentro frente a Baskonia, el mal de altura comenzó a dar oportunidades a un Madrid que se reencontraba a base de triples y con la efectividad de un Tavares colosal en ambos aros.
El descanso dejaba un marcador mucho más igualado y en el que si bien Panathinaikos dominaba, las oportunidades para el Madrid se mantenían de continuar con la mejora en la segunda mitad. Paulatina y con la defensa como base, el equipo blanco siguió remando poco a poco e introduciendo jugadores en la rotación ganadora. La defensa de Taylor y Campazzo había comenzado a cansar a Calathes y Llull, inédito en los dos primeros cuartos, emergía con ocho puntos consecutivos que acercaban a los suyos aún más en el marcador.
Un nuevo arreón de Panathinaikos, posterior a la sequía anotadora de ambos equipos, volvía a lanzar a los griegos para delirio de su afición, pero Yusta, al que no le tiembla el pulso a pesar de su juventud, anotó un triple importantísimo para que el Madrid se marchara al último descanso entre cuartos con sólo seis de desventaja en el marcador.
Remontada y guinda espectacular
Aún sin (casi) nada en juego, era tiempo de soñar para el Real Madrid, que de primeras se encontraba con una versión notable de Panathinaikos para complicar todavía más la machada. Thomas y Gist estiraban una vez la ventaja sin dejar que los blancos entraran de lleno en el choque, pero a cuatro minutos del final con un parcial que comenzó paradójicamente Rudy y que dejó a los pupilos de Laso a sólo dos puntos del coliderato.
En una batería de faltas, ataques frustrados y tiros libres, el Madrid se vio con 20 segundos en el luminoso y una canasta para igualar o ganar en Atenas. La pizarra de Laso giró la responsabilidad hacia Llull con Campazzo como conductor, pero el argentino no estuvo fino y acabó al borde de comerse la posesión. Caminando en el alambre apareció entonces Rudy, por detrás del Facu y sin apenas tiempo, recibió, se orientó de forma heterodoxa y lanzó al cielo un balón que acto seguido caía por su propio peso en la canasta del Olympic Sports Center, dando una victoria épica y espectacular al Real Madrid con una de las canastas del año.