Otro suspenso para cerrar el curso
El Barcelona ha cerrado la Liga Santander con otra derrota que añadir a su particular galería de los horrores esta temporada. Al menos esta vez no tuvo la menor trascendencia. El beneficiado fue un Villarreal que confirmó su billete para la Conference League gracias a los goles de Pedraza y Moi Gómez. Unai Emery por fin logró su primera victoria como técnico en un Camp Nou desangelado y resignado a una nueva derrota en casa, la quinta como local en esta Liga y eso sin contar los paseos que se regalaron Bayern y Eintracht en Europa…
Las puertas del estadio culé se abrían por última vez esta temporada y Xavi brindaba la titularidad a varios jugadores que podrían estar ante su despedida como culés: Dani Alves, Clement Lenglet, Adama Traoré… El extremo fue quien recogió el guante con más ganas y se erigió en el mejor de los suyos en la primera mitad. Ganó en varias ocasiones la línea de fondo mientras Ousmane Dembélé lo observaba todo desde el banquillo. Para patata caliente ninguna como la del francés, claro.
En cuanto a Dani Alves, salió en la foto del primer gol del Villarreal y volvió a demostrar que sus 39 años son algo más que un número. El lateral derecho, esa posición maldita del Barça desde que el propio brasileño cerró su primera y brillante etapa en el Camp Nou. Desertó de su posición y dejó el carril despejado a Pedraza, que anotó tras buen pase interior de Dani Parejo. Fue Adama quien defendió la jugada hasta el final.
El Submarino, que sí se estaba jugando algo, encontraba premio en su primera ocasión clara ante Ter Stegen. Demasiado castigo para un Barça que se estaba aplicando con esfuerzo, desplegando una presión alta desde el inicio, con ganas de regalar una despedida honrosa a sus aficionados tras una temporada plagada de batacazos. Ni lo consiguió ni le duró mucho la voluntad. Dos voleas de Ferran Torres, ambas despejadas por Rulli, fueron lo más destacado en la primera mitad.
Resignación y ¿despedidas?
El fútbol a veces es cruel, por no usar un adjetivo más sonoro. Que se lo digan a Adama. Pura fe para demostrar que merece seguir en el equipo de sus amores y su última acción antes de abandonar el partido fue regalarle el segundo tanto al Villarreal. Realizó un despeje criminal desde la línea de fondo al corazón del área culé, donde apareció Moi Gómez para anotar el 0-2 a placer. Xavi lo sacó al instante. El cambio ya estaba planeado, pero vaya sincronización… El extremo se marchó cabizbajo. Empezó como un tiro en enero y todo apunta a que volverá a salir de puntillas.
La afición azulgrana animaba casi por inercia, con la resignación de un cornudo al que ya ni le duele la traición. En las caras de sus ídolos se podían leer nítidamente el mismo mensaje: por favor que acabe esta temporada de una santa vez. Entro Ansu para animar un poco el cotarro y Dembélé quién sabe para qué, mientras Mateu Alemany a duras penas lograba morderse la lengua en el palco cuando le preguntaban por el francés. Y más jugadores con las maletas en la puerta: Riqui Puig, Memphis…
Pasaron los minutos con parsimonia, el Villarreal con la misión cumplida y el Barça sin ganas de intentar una remontada con trascendencia nula. Ansu Fati anotó un gol en fuera de juego y ahí murió del todo el partido. El Camp Nou no perdonó unos pitos más que pertinentes en los minutos finales. Al Barça todavía le queda una penitencia al otro lado del planeta, el partido amistoso que disputará el martes en Australia. Entonces sí que sí, será el momento de que Alemany y Laporta saquen las escobas, aunque será difícil que consigan limpiar todo lo que pretenden.