Copa Mundial femenina de Fútbol: España-Suiza

España tiene plan B

España
Las jugadoras de la selección celebran un gol ante Suiza. (RFEF)
Hugo Carrasco

Los octavos de final del Mundial se presentaban para España como una prueba de fuego. Llegaba el mata-mata y, con él, la posibilidad de que Suiza confirmase un nuevo fracaso de la selección en un campeonato internacional. Las helvéticas llevaban invictas y con su portería imbatida, mientras que las de Vilda con muchas dudas tras caer goleadas ante Japón. Por ello, el seleccionador introdujo cinco cambios, arriesgando en exceso, pero quedó demostrado que el plan B de España es tan válido o más que el A.

Dos fijas e indiscutibles como Misa y Alexia Putellas eran las grandes ausencias. Tampoco estaban Mariona, Olga ni Ivana, aunque esta última por lesión. La capitana tampoco estuvo frente a las niponas y su puesto lo ocupó Rocío, que no repitió en octavos de inicio. Laia era la central titular, mientras que también entraban en el once Cata en portería, Oihane en el lateral y, en ataque, Esther y Alba Redondo. El resultado no pudo ser mejor.

A pesar de arriesgarse a una nueva debacle, tras todo lo sucedido frente a las asiáticas, y después de dejar a varias de las teóricas mejores jugadoras del equipo en el banquillo, todo salió a la perfección. En parte, gracias a una Aitana Bonmatí que cogió las riendas e hizo lo que se llevaba esperando de ella tres partidos. Sobresaliente actuación de la candidata a relevar a Alexia como mejor jugadora del mundo, pero que estuvo acompañada por una mejora global del rendimiento del equipo.

Laia y Cata comenzaron con dudas, después de un error de la central que costó el único gol de Suiza. Pase fortísimo sin mirar hacia la portera, que estaba en la frontal de su área, y que acabó en autogol. Se resarcieron las dos: la primera haciendo el cuarto antes del descanso y la meta con un paradón en la única ocasión de las suizas.

Arriba, era una incógnita saber cómo se entenderían Esther y Alba jugando juntas. Vilda había dicho que eran compatibles, pero el esquema de España, con una punta y dos extremos, no era el ideal para juntarlas. También salió a la perfección. Mientras que Esther fijaba a las centrales, Alba se movía por donde quería, participando en los dos primeros goles y pudiendo hacer alguno más.

Una lista de garantías

Con la confirmación de la convocatoria de Jorge Vilda antes del Mundial, quedó clara la versatilidad de la plantilla. Había equipo para adaptarse a todo tipo de situaciones y, si era necesario, como lo parecía tras la primera fase, dar un golpe de timón sin riesgo de que la calidad del equipo se resintiese demasiado. Contra Suiza, quedó demostrado.

El plan B de España funcionó tan bien o mejor que el A. Pero aún son muchas las variantes que quedan por ver en este Mundial. Desde el desborde de Athenea, pasando por las soluciones de Zornoza, la explosividad de Eva Navarro o, sobre todo, de la calidad de una Alexia Putellas de la que se espera en este Mundial su mejor rendimiento.

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