Estos países han cambiado la hora al horario de invierno este mes
Otros países de Europa y del mundo hacen el cambio de hora
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Durante esta pasada madrugada del domingo 26 de octubre, muchos europeos han tenido que atrasar sus relojes una hora. En España, el ajuste se hizo a las tres de la mañana (dos en Canarias), marcando el paso oficial de la hora al horario de invierno. Una costumbre que parece rutinaria, aunque cada año vuelve a generar debate sobre si sigue teniendo sentido mantenerla.
El cambio busca, en teoría, aprovechar mejor la luz solar y reducir el consumo energético. Pero esa idea, nacida hace décadas, ha ido perdiendo fuerza. Hoy sólo cuatro de cada diez países en todo el mundo mueven sus relojes dos veces al año. El resto ha optado por fijar un horario estable, cansados de los trastornos que genera y del escaso ahorro que produce. Y en este contexto, Europa es el gran escenario de esta práctica. Pese a las discusiones sobre su eliminación, el sistema se mantiene. Así, un año más, millones de europeos han amanecido con una hora más de sueño y con la sensación de que el invierno ya está a la vuelta de la esquina.
El cambio de hora al horario de invierno
En este último domingo de octubre, los relojes se han vuelto a atrasar en toda la Unión Europea. Así lo fija la Directiva 2000/84/CE, una norma que lleva más de dos décadas en vigor y que, de momento, sigue sin fecha de caducidad. Recordemos que esta misma semana, el presidente Pedro Sánchez explicaba desde redes sociales su intención de pedir a la UE que acabe de una vez el cambio de hora, pero de momento seguimos como siempre y la pasada madrugada atrasamos el reloja a las 3 de la madrugada, algo que también hicieron Francia, Alemania, Italia, Reino Unido o Irlanda, mientras que en Portugal y las Azores el ajuste se hizo una hora antes por su diferencia horaria.
Aún así no todos los países europeos han cambiado la hora al horario de invierno. Turquía decidió en 2016 quedarse para siempre con el horario de verano, mientras que Rusia e Islandia también mantienen uno fijo desde hace años. Según sus gobiernos, el cambio no compensa: altera el descanso y apenas tiene efecto en el consumo eléctrico.
Cambio de hora en Estados Unidos, Canadá y América Latina
Al otro lado del Atlántico la cosa está más dividida. En Estados Unidos, el ajuste al horario de invierno llegará el 2 de noviembre, a las dos de la madrugada. Pero no todos lo hacen: Hawái, gran parte de Arizona, Puerto Rico o las Islas Vírgenes conservan la misma hora todo el año. En cambio, estados como Florida, Oregón o Washington sí aplican el cambio.
En Canadá, el movimiento de relojes se hace también el 2 de noviembre, salvo en zonas como Saskatchewan, que mantiene su horario fijo. Y México lo eliminó en 2023, excepto en los municipios de la frontera norte, que lo conservan por motivos comerciales y de sincronización con EE. UU.
En América Latina la costumbre prácticamente ha desaparecido. Sólo Chile y Paraguay mantienen el cambio de hora, mientras que Argentina, Uruguay, Perú o Colombia lo abandonaron hace años. En el Caribe, Cuba y Haití son de los pocos que todavía mueven las agujas.
África, Asia y Oceanía: la excepción a la regla
En África, el único país que ha retomado la costumbre es Egipto, que la recuperó en 2023 tras casi una década sin aplicarla. Lo hizo con la idea de ahorrar energía, aunque muchos ciudadanos se mostraron escépticos.
En Asia, el cambio de hora es una rareza. Japón no lo aplica desde hace más de sesenta años y China, que lo probó en los ochenta, lo descartó en los noventa. India, Corea del Sur y gran parte del sudeste asiático tampoco modifican su horario, ya que la diferencia de luz entre estaciones apenas se nota.
En el hemisferio sur ocurre justo al revés. En Australia y Nueva Zelanda, octubre marca el comienzo del verano. El pasado 5 de octubre, los relojes se adelantaron una hora. No obstante, regiones como Queensland o el Territorio del Norte mantienen la hora fija todo el año.
En definitiva, el debate sobre el cambio de hora sigue abierto. Quienes lo defienden creen que ayuda a aprovechar la luz solar. Quienes lo critican aseguran que el ahorro energético es mínimo y que los trastornos del sueño compensan poco, además de sumarse las críticas de aquellos que no desean que el día acabe cuando estamos todavía en horario de tarde. Por ahora, la Unión Europea no ha tomado una decisión definitiva, así que hasta que se vea como avanza y como se resuelve la propuesta que el presidente español quiere hacer, seguiremos moviendo las agujas cada otoño y cada primavera. Aunque eso sí, al menos esta pasada noche millones de personas, también nosotros, hemos disfrutado de una hora extra de descanso.