¿Quién fue realmente Alejandro Magno?
Alejandro es el mayor de los iconos culturales de la Antigüedad
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Alejandro Magno ha sido siempre y será uno de los mayores iconos culturales de la Antigüedad. Héroe y libertador de la civilización griega y principal responsable de la destrucción del imperio persa. Sus grandes dotes militares le permitieron forjar, en menos de una década, un dominio que se extendía desde Grecia hasta la India, pasando por Egipto. Su figura ha inspirado a lo largo de los años a multitud de conquistadores, desde Julio César hasta Napoleón Bonaparte. Una fulgurante trayectoria que comenzó en Pela, capital de la antigua comarca macedonia de Pelagonia, en el año 356 a.C.
Nacido para gobernar
Cuenta la leyenda que el mismo día de su nacimiento, un pirómano incendió una de las Siete Maravillas del Mundo, el templo de Artemisa en Éfeso, aprovechando la ausencia de la diosa, que había acudido a tutelar la llegada del príncipe. Nieto e hijo de reyes, Alejandro recibió una educación orientada a ensalzar su personalidad como guerrero y conquistador. La misma que esculpió ese carácter irritable, emocional e inteligente que siempre le caracterizó. Primero fue su padre, Filipo II, quien se encargó de su formación, a quien después le sucedió el mismísimo Aristóteles.
A los 17 años, Alejandro tuvo su primera oportunidad para demostrar la heroicidad que todos habían vaticinado siempre para él. Y así fue, convirtiéndose en regente de numerosos territorios y ganándose la admiración de todos sus súbditos. Un cargo que pronto adquirió un nuevo matiz, tras la conspiración que acabó con la vida de su padre.
Alejandro Magno, Rey de Macedonia
Alejandro III de Macedonia comenzó su reinado imponiendo su autoridad sobre el poderoso y extenso Imperio Persa, continuando la guerra que años atrás su padre había iniciado. Con apenas 35.000 soldados, el ejercito de Alejandro Magno se impuso al de sus enemigos. De la misma forma que después recorrió victorioso otras grandes regiones como Siria, Fenicia, Egipto, Asia Menor o Mesopotamia. Una vez asediada la capital persa, Alejandro se hizo proclamar emperador, título bajo el que inauguró su proyecto de dominación mundial.
Es entonces cuando concibió la idea de fusionar la civilización griega y la persa, con el objetivo de crear un único imperio. Bajo esta premisa, Alejandro Magno juntó ambos ejércitos, inició una unificación monetaria y llevó a cabo la famosa Boda de Oriente con Occidente, mediante la cual celebró miles de matrimonios simultáneos entre hombres macedonios y mujeres persas. Incluida su propia persona. Además, instauró el griego como lengua común y fundó más de 70 ciudades nuevas, la mayoría bajo el nombre de Alejandría.
Lamentablemente, la proyección de este imperio común quedó pronto en el olvido, al igual que su creador. Alejandro Magno falleció con tan solo 33 años, a causa del paludismo. Una pérdida que desencadenó multitud de enfrentamientos entre todos los estados, inmovilizando la consolidación de sus conquistas. Solo quedaron para el recuerdo los llamados reinos helenísticos, que mantuvieron durante siglos el ideal que Alejandro Magno había forjado.