Jardinería

Álvaro Pedrera, experto en jardinería doméstica: «Si tus plantas más resistentes mueren, no es por falta de agua»

Plantas más resistentes
Mujer regando plantas. Foto: Pexels.

El interés por invertir tiempo las plantas más resistentes ha crecido entre quienes buscan una decoración verde de bajo mantenimiento. Estas especies suelen ser elegidas por su capacidad de adaptarse a diferentes condiciones del hogar, pero, aun así, muchas terminan marchitándose antes de lo esperado.

Frente a este marco, Álvaro Pedrera, especialista en jardinería doméstica, ha dedicado su trabajo a analizar las causas detrás de la pérdida de vitalidad de este tipo de plantas. Desde su plataforma Ypikue, ofrece cursos, vídeos y consejos prácticos para comprender mejor cómo mantener el equilibrio adecuado en el cuidado de cada especie.

¿Cuál es el verdadero motivo por el que mueren las plantas más resistentes?

En uno de sus vídeos más compartidos, Pedrera revela un problema más común de lo que parece: la mayoría de las plantas no mueren por descuido o abandono, sino por un exceso de atención. Según el experto, el 90% de las plantas de interior se deterioran por exceso de agua, un error derivado de la creencia de que cuanto más se riega, mejor crecerán.

El jardinero denomina a este hábito el síndrome del pez ahogado. Ocurre cuando el sustrato permanece saturado, impidiendo que las raíces respiren.

Sin oxígeno, el sistema radicular se debilita y se desencadenan enfermedades que acaban con la vida de la planta. Este fenómeno afecta sobre todo a las plantas más resistentes, como el Potos, la Kentia o el Espatifilo, especies que precisamente requieren menos agua que otras.

¿Cuáles son los síntomas del exceso de riego en plantas de interior?

El exceso de agua provoca cambios visibles que permiten identificar el problema a tiempo. Algunos de los síntomas más frecuentes son:

  • Hojas amarillentas o blandas, signo de falta de oxígeno en las raíces.
  • Tallos ennegrecidos o viscosos, indicativo de pudrición.
  • Raíces marrones y con mal olor, evidencia de un daño avanzado.
  • Hongos en la superficie del sustrato, reflejo de humedad persistente.

Estos signos suelen confundirse con los de la falta de riego, lo que lleva a empeorar la situación al añadir aún más agua. Para comprobar si una planta está realmente seca, Pedrera recomienda introducir un dedo unos centímetros en la tierra: si el sustrato se adhiere por la humedad, no es momento de regar.

Cómo recuperar una planta que padeció del exceso de agua

Cuando una planta muestra síntomas de saturación hídrica, es fundamental actuar con rapidez. El proceso de recuperación requiere varios pasos:

  • Suspender el riego inmediatamente y retirar el agua acumulada en los platos o macetas.
  • Extraer la planta del recipiente y eliminar con cuidado el sustrato empapado.
  • Dejar secar las raíces entre 12 y 24 horas en un lugar ventilado.
  • Eliminar las raíces dañadas o negras con herramientas limpias.
  • Aplicar un fungicida para evitar la propagación de hongos.
  • Trasplantar en sustrato nuevo con materiales drenantes como perlita o arena gruesa.

El experto desaconseja abonar la planta en esta fase, ya que las raíces se encuentran débiles y no pueden absorber los nutrientes. Solo cuando aparezcan nuevos brotes será recomendable volver a fertilizar.

¿Qué factores determinan la frecuencia de riego en las plantas más resistentes?

No existe una regla general que indique cada cuánto se debe regar. La cantidad y frecuencia dependen de varios factores:

  • Tipo de planta: las suculentas y cactus requieren poca agua.
  • Clima: en ambientes húmedos se debe espaciar el riego.
  • Sustrato: los suelos arcillosos retienen más agua que los arenosos.
  • Iluminación: la exposición al sol acelera la evaporación del agua.

Las plantas más resistentes suelen adaptarse bien a periodos de sequía. Por ello, es preferible esperar a que la capa superior del sustrato esté completamente seca antes de volver a regar. El uso de medidores de humedad es una herramienta útil para evitar errores.

Enfermedades asociadas al exceso de agua

El riego en exceso no solo afecta la oxigenación de las raíces, sino que también crea un entorno ideal para la proliferación de hongos y bacterias. Entre las enfermedades más comunes que menciona Pedrera se encuentran:

  • Pudrición de raíces, causada por los hongos Phytophthora y Pythium.
  • Clorosis, que provoca el amarilleo de las hojas por falta de nutrientes.
  • Hongos superficiales en el sustrato, debidos a la humedad constante.

Una vez instaladas, estas afecciones pueden ser difíciles de erradicar, incluso en las plantas más resistentes. La prevención, mediante un buen drenaje y un riego controlado, sigue siendo la medida más eficaz.

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