Ni las petunias ni los geranios: éstas son las mejores plantas con riegos mínimos para tener en verano


Cuando llega el verano, las altas temperaturas y la falta de lluvias pueden poner a prueba la resistencia de las plantas. Muchos aficionados a la jardinería buscan especies que no sólo aguanten el calor, sino que también requieran poca agua para mantenerse saludables. Tradicionalmente, las petunias y geranios han sido las opciones más habituales, pero si queremos algo diferente, menos exigente y más original, hay muchas otras plantas perfectas para el verano.
Para sacar el máximo provecho a las plantas que resisten bien el calor y requieren poco riego durante la época estival, es fundamental seguir algunas prácticas sencillas pero efectivas. Un suelo bien drenado evita que las raíces se pudran, mientras que cubrir la tierra con mantillo o piedras ayuda a conservar la humedad. Además, regar en las horas más frescas del día reduce la evaporación del agua.
Las mejores plantas para el verano
Para mantener un jardín saludable durante el verano sin gastar demasiada agua, es fundamental elegir plantas resistentes, especialmente aquellas adaptadas al clima seco y caluroso. Estas especies requieren menos riego, soportan altas temperaturas y ayudan a conservar los recursos naturales.
1. Lavanda
La lavanda es una planta mediterránea que se ha ganado un lugar privilegiado por su aroma relajante y sus flores violetas tan características. Esta planta es un ejemplo perfecto de adaptación a climas cálidos y secos. Gracias a sus hojas cubiertas de una fina capa cerosa, la lavanda minimiza la pérdida de agua, lo que la hace muy resistente a la sequía. Además, su sistema radicular le permite captar humedad en capas más bajas del suelo, por lo que puede pasar largos periodos sin riego.
La lavanda no sólo aporta belleza y fragancia, sino que también es excelente para atraer polinizadores como abejas y mariposas, favoreciendo la biodiversidad del jardín. Su mantenimiento es sencillo: sólo necesita un suelo bien drenado y exposición directa al sol. En verano, con un riego moderado cada dos o tres semanas, la lavanda florecerá abundantemente y se mantendrá saludable.
2. Sedum
Si hablamos de plantas que sobreviven con poco agua, las suculentas son las reinas indiscutibles. Entre ellas, el sedum destaca por su resistencia y facilidad de cuidado. Sus hojas carnosas almacenan agua, permitiéndole resistir largos periodos secos sin problemas. Además, el sedum florece en verano con pequeñas flores que pueden ser rosadas, amarillas o blancas, dependiendo de la variedad.
Es una planta perfecta para macetas, jardines rocosos o incluso para cubrir suelos, ya que se extiende con facilidad. Requiere un sustrato que drene bien y mucho sol para lucir su mejor aspecto. El riego debe ser muy moderado; de hecho, es mejor pecar de poca agua que de exceso, pues un suelo encharcado puede dañar sus raíces.
3. Romero
El romero es otra planta mediterránea que se adapta perfectamente a climas secos y calurosos. Más allá de su uso culinario, el romero es una opción ornamental ideal para el verano. Su follaje verde oscuro y sus pequeñas flores azules o lilas aportan un toque rústico y elegante a cualquier espacio. Su resistencia a la sequía es alta, gracias a sus hojas pequeñas y endurecidas que conservan el agua.
Con un riego moderado, que puede ser cada dos semanas en los meses más calurosos, el romero prospera y mantiene su aroma característico. También es un aliado natural contra plagas, por lo que ayuda a mantener el jardín sano sin necesidad de químicos.
4. Buganvilla
La buganvilla es una trepadora que destaca por su espectacular colorido durante el verano. Sus brácteas, que parecen flores, pueden ser rosas, rojas, moradas o blancas, y se mantienen durante meses con muy poco riego. Esta planta es ideal para cubrir paredes, pérgolas o vallados, añadiendo un toque mediterráneo a cualquier espacio.
La bougainvillea prefiere lugares con mucha luz y un riego escaso. Resiste bien la sequía, y su mantenimiento es sencillo: un suelo que drene bien y un riego profundo pero poco frecuente para estimular la floración.
5. Salvia
Las salvias son un grupo diverso de plantas que combinan colores vibrantes con una gran tolerancia a la sequía. Existen variedades que florecen en tonos rojos, morados, rosas o blancos, ideales para dar vida a cualquier jardín durante el verano. Además, la salvia es muy atractiva para mariposas y colibríes, ayudando a mantener un ecosistema saludable.
Esta planta requiere riegos moderados y un suelo que drene bien. Al igual que la lavanda, la salvia prefiere el sol pleno y se desarrolla mejor en ambientes cálidos. Con pocos cuidados, sus flores pueden durar mucho tiempo, dándote un espectáculo de color durante toda la estación seca.
En definitiva, hay muchas plantas para disfrutar de un jardín colorido y aromático durante el verano sin necesidad de regar en exceso. Estas especies resistentes no sólo embellecen el espacio, sino que también facilitan el mantenimiento, ahorrando tiempo y agua en los meses más calurosos.