Los voluntarios y las bibliotecas verdes, una de las claves para difundir el conocimiento en la Cumbre del Clima
La Cumbre del Clima de Madrid, que comenzó hace ya una semana, reúne a expertos de todos los campos de la investigación, diplomáticos, políticos y empresas. Uno de los aspecto más destacados en las últimas jornadas ha sido , la importancia de los voluntarios y las bibliotecas verdes a la hora de transmitir y difundir el conocimiento sobre diversos aspectos del cambio climático.
En la Zona Verde, -la dedicada a la participación directa de entidades de diversos ámbitos de la sociedad civil, para que fueran parte fundamental en la cumbre, y todas con el común denominador de la acción climática, y la única que puede acceder el público general-, entrando a la derecha, está el stand de las Bibliotecas Verdes. Son la Red de Centros de Información y Documentación Ambiental, RECIDA, que coordina el CENEAM, (Centro Nacional de Educación Ambiental, dependiente del Ministerio de Transición Ecológica). En ella están integrados 126 centros de documentación ambiental y bibliotecas, dependientes de organismos públicos, estatales, autonómicos, locales, fundaciones, universidades y ONGs.
Los bibliotecarios y documentalistas a cargo de estos centros vieron la invitación que Gobierno hacía a la sociedad civil, a través del Ministerio de Transición Ecológica, como una oportunidad histórica de participar en una cumbre en eventos paralelos. Se movilizaron para presentar su propuesta y fue aceptada.
Los voluntarios
Que la COP25 se celebraría en Madrid es algo que a finales del mes de octubre no entraba ni remotamente en los planes de nadie. Y prepararlo todo para que estuviera dispuesto en un mes, ha sido todo un reto. El tiempo transcurrido entre la aceptación de la ONU de la propuesta de España, –tras la renuncia de Chile- de acoger la cumbre en las mismas fechas y con la misma duración previstas, ha pasado volando y entre más dudas que certezas. Pero una COP no es cualquier cosa y es importante que no se pierda ninguna edición. Solo había una cosa cierta: que el 2 de diciembre empezaba sí o sí.
Administraciones, organizaciones de la sociedad civil, responsables de los montajes de los pabellones, oficinas y stands, etc. que albergan los siete pabellones en los que transcurre el evento… todo el mundo ha respondido al unísono para que a la hora de abrir las puertas todo el mundo, cada uno es su cometido, pudiera comenzar a trabajar sin más.
Eso sí, no todos son profesionales. Cada día hay un gran grupo de personas, de diferentes edades, aspectos, hombres y mujeres, pero todos llevan el mismo chaleco amarillo con una banda rosa y otra gris: el de Voluntarios por Madrid