Mayte, la heroína que sobrevivió de milagro en la DANA: «Todos me dieron por muerta»
Mayte Fuertes Bercianos cuenta en OKDIARIO la historia de cómo logró salvar su vida en la DANA

La DANA de Valencia cumple su primer aniversario este miércoles, 29 de octubre, y hay historias que merecen ser contadas. Una es la de María Teresa, Mayte para los amigos, que incluso se llegó a despedir de sus seres queridos cuando el agua llegó hasta el techo de la tienda de ropa que regenta en la localidad de Paiporta. Desde el lugar en el que logró salvar la vida en el último suspiro tras ser socorrida por un vecino, esta heroína cuenta la historia de los peores minutos de su vida en este periódico. Por fortuna, tuvo final feliz y está para contarlo.
Mayte Fuertes Bercianos pudo ser la víctima 230 de la DANA de Valencia, pero hay ocasiones en las que el destino nos agarra para cumplir un fin en la vida. Para Mayte esto llegó en forma de escalera de un vecino a través de una claraboya situada en la parte interior de su tienda de ropa, en la que había un punto fijo en el que se pudo mantener mientras mandaba audios de desesperación y se despedía de todos sus familiares. Cuando ya lo había todo por perdido, se hizo la luz.
«Me despedí de mi madre y mi hija»
«Todos me daban por muerta», cuenta a OKDIARIO desde la Boutique Cuadri Cula, que hoy vuelve a lucir impoluta después de un año de mucho trabajo y sin ayudas del Gobierno. Mayte narra la historia de lo que fue la peor hora de su vida, que comenzó con una llamada de su hija avisando que el barranco del Poyo se desbordaba.
«Por la tarde me dijeron que había una barrancá y cuando llegué a la tienda me llegaba el agua al tobillo. En cuestión de segundos no pude salir de la tienda. De repente reventó todo. Aquí entraron dos metros y medio de agua. Todo se fue a pique», relata esta heroína sobre estos minutos agónicos, en los que incluso se llegó a rendir para perecer en el agua. Finalmente, sacó fuerza de la nada para agarrarse a un vecino, que le salvó la vida.
«Me dijeron, súbete a lo más alto y todo se hundía. Me agarré a una tubería y cedió. Empecé a nadar y me metí en el cuarto, con el móvil en la boca, y vieron que estaba viva. Me había despedido de mi madre y de mi hija. De todo el mundo. Le dije al vecino que no podía aguantar más. Y me dijo: ‘Tranquila que sales’. Gracias a ellos estoy viva», cuenta entre lágrimas a este periódico.
«Todos los vecinos de la calle me llamaban y con las luces de los móviles me hacían señales. Aquí no había luz, había un río de agua. No me podía ver nadie. Al día siguiente vinieron a ver si estaba viva. Un guardia civil le dijo a mi hija que era imposible llegar a su madre. Yo estaba arriba en el balcón; no había telecomunicaciones. Sólo pensaba en mi hija y quería verla otra vez. Mi hija le preguntaba a su tía si la iba a adoptar. Fue muy duro y sigue siendo duro, estoy muy tocada», cuenta Mayte.
A pesar de los males psicológicos que ha dejado la DANA de Valencia, a esta heroína de Paiporta le reconforta que pudo llegar a su pueblo. Porque su boutique se convirtió días después en un centro en el que se comenzó a repartir comida y todo tipo de productos básicos. Mayte pasó de salvar la vida por minutos a ayudar a todo el pueblo repartiendo la comida y productos de primera necesidad que le llegaban de todas partes de España. Ese era su destino y por ello apareció la mano salvadora de su vecino. Tenía la misión de ser la cabeza visible de la reconstrucción de su barrio en los peores días de la DANA.