Muere Carlos Saura un día antes de recoger el Goya de Honor

El director de cine, referente del cine de autor europeo, iba a recibir el galardón este sábado en Sevilla

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El director Carlos Saura ha fallecido este viernes a los 91 años de edad, un día antes de que la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España le entregara en Sevilla el Goya de Honor, según ha informado la Academia. Carlos Saura ha muerto este viernes en Madrid debido a una insuficiencia respiratoria.

Con su desaparición, se marcha el último clásico del cine español, que deja un legado de una gran filmografía, la cual le ha convertido en un referente del gran cine europeo de autor.

Su fallecimiento se ha debido a problemas respiratorios y al rápido deterioro de su estado de salud, que desde el pasado año, tras un pequeño ictus y una posterior caída paseando a sus perros al final del verano, se había debilitado.

Entre sus trabajos, destacan Los golfos (1960) y El séptimo día (2004). A los mismos, se sumó su pasión por los musicales que le llevó a Bodas de sangre (1981) y El rey de todo el mundo (2021). Un artista que también exploró el flamenco, la música mexicana, la jota, el tango, los fados o el folclore argentino.

Mañana sábado estaba previsto que recibiera un Goya de Honor, que se convierte así en un galardón póstumo. A juicio del presidente de la Academia, Fernando Méndez-Leite, el premio obedeció a «su extensa y personalísima aportación creativa a la historia del cine español desde fines de los años cincuenta hasta hoy mismo».

«Vivir el presente»

Saura siempre se caracterizó por vivir el momento, en concreto «el presente». Una afirmación realizada a principios de 2019  en una comparecencia con motivo de la presentación de un libro de fotografías propias titulado El Aragón de Saura, horas antes del estreno de El coronel, adaptación de la obra del colombiano Gabriel García Márquez El coronel no tiene quien le escriba.

Entonces, el cineasta aragonés aseguró que no se preocupaba por su edad ni por la opción de retirarse e ironizó al expresar su voluntad de continuar con su trabajo hasta «por lo menos, los cien años», en alusión a su película Mamá tiene cien años.

«No se puede vivir del pasado -subrayó-, está ahí y es una maravilla, y yo mismo tengo miles de fotos que cuido y las guardo, pero hay que vivir el presente y proyectarse hacia el futuro para no estar medio muerto», entonces destacó Saura.

Incansable, el pasado 3 de febrero se estrenó Las paredes hablan, su último largometraje, un documental sobre la evolución del arte en las paredes, desde las cuevas prehistóricas hasta el grafiti actual. Con él subrayaba la vigencia de la mirada de un creador en activo durante siete décadas.

Nacido en Huesca el 4 de enero de 1932, empezó a interesarse por la fotografía para después ingresar en el Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas de Madrid, donde obtuvo en 1957 el diploma de Dirección Cinematográfica.

Dirigió dos mediometrajes, Tarde de domingo (1957) y Cuenca (1958), antes de filmar su primer largometraje, Los golfos (1959), anteriprmente citado. Posteriormente, firmó Llanto por un bandido (1964), La caza (1966) y Peppermint Frappé (1967). Dos últimos títulos que marcaron su consagración, ya que con ambos consiguió el Oso de Plata al mejor director en el Festival de Cine de Berlín. Más tarde, estrenó  Ana y los lobos (1973), La prima Angélica (1974) -premio especial del Jurado del Festival de Cannes-, Cría cuervos (1976), Elisa, vida mía (1977) y Mamá cumple cien años (1979). Dos años se puso al frente de Deprisa, deprisa, con la que obtuvo el Oso de Oro a la mejor película en el Festival de Berlín.

A principios de los 80, comenzó una colaboración destacada con el bailarín y coreógrafo Antonio Gades, que sería determinante para el desarrollo del baile flamenco. Ese año rodó Bodas de sangre, basada en el espectáculo teatral que Gades había presentado con anterioridad. Juntos trabajaron en dos películas más: Carmen (1983) y El amor brujo (1986). Inicio de un camino que le adentró en el cine musical, que exploró con frecuencia con títulos como Sevillanas (1992), Flamenco (1995), Tango (1998), Salomé (2002), Iberia (2005), Fados (2007), Sinfonía de Aragón (2008), Io, Don Giovanni (2009), Flamenco, Flamenco (2010), Zonda, folclore argentino (2015) y Jota de Saura (2016).

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