Carlos Saura: «Hay que vivir el presente y proyectarse hacia el futuro»
Carlos Saura (Huesca, 1932) tiene claro, cumplidos ya los 87 años de edad y con numerosos proyectos aún en la cartera, que "hay que vivir el presente y proyectarse hacia el futuro, porque, si no, uno está medio muerto".
Saura ha hecho esta afirmación en una comparecencia con motivo de la presentación de un libro de fotografías propias titulado «El Aragón de Saura», horas antes de dirigir en Huesca el estreno de «El coronel», adaptación de la obra de García Márquez «El coronel no tiene quien le escriba», que interpreta Juan Diego.
El cineasta aragonés ha asegurado que no se preocupa por su edad ni por la opción de retirarse y ha ironizado al expresar su voluntad de continuar con su trabajo hasta «por lo menos, los cien años», en alusión a su película «Mamá tiene cien años».
«No se puede vivir del pasado -ha subrayado-; está ahí y es una maravilla, y yo mismo tengo miles de foto que cuido y las guardo, pero hay que vivir el presente y proyectarse hacia el futuro para no estar medio muerto».
Por esta razón se muestra contrario a «retirarse» una vez cumplidos unos años, «a no ser que te dediques a poner ladrillos y estés hecho polvo, algo que entiendo muy bien». Sin embargo, considera que instar a un escritor o «alguna persona cualquiera» a retirarse es «la muerte en vida».
Saura ha hecho referencia a la obra del jesuita francés Jacques Monod «El azar y la necesidad», dos factores, ha añadido, «a los que se les debe todo en la vida». «Hay que tener confianza en el azar y en la necesidad, que es lo que te obliga a trabajar, y si, además, uno puede trabajar en lo que le gusta, mejor que mejor».
Saura, que ha hecho gala de aragonesismo al referirse a su libro como «librico», ha reivindicado su amor por la fotografía, que le ha llevado a recopilar imágenes antiguas y modernas de paisajes que manipula y recrea para ofrecer su particular versión.
Es consciente, afirma, de que en el momento de hacer una fotografía con el móvil, la tableta o la cámara (herramienta que siempre le acompañan), «en ese momento lo que uno guarda es el pasado».