Música

Ésta es la mejor canción de la historia, según la ciencia: te vas a sorprender

Canción y ciencia
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Hay canciones que simplemente acompañan. Son aquellas que suenan de fondo mientras trabajamos, cocinamos o conducimos. Pero hay otras, que tienen el poder de sacudirnos internamente; Nos hacen sonreír sin motivo o nos transportan a un lugar emocional que parecía olvidado. Esas canciones se instalan en la memoria, en el cuerpo, en la emoción más pura. Y, según la ciencia, existe una canción que sobrepasa a todas las demás en este efecto tan potente como misterioso.

Investigadores decidieron estudiar cómo reacciona el cerebro humano al escuchar ciertas piezas musicales, no desde una perspectiva estética o cultural, sino desde una mirada puramente neurocientífica. ¿Qué melodías activan los circuitos neuronales asociados con el placer, la memoria o la emoción? ¿Cuál es esa canción que, de forma casi universal, toca una fibra común en el alma humana? El resultado sorprendió a muchos, aunque a quienes la han escuchado más de una vez no les costó entender por qué fue elegida. La canción en cuestión es «Africa», del grupo estadounidense Toto.

La canción que, según la ciencia, más placer provoca en el cerebro

«Africa» vio la luz en octubre de 1982, como parte del álbum Toto IV. En su momento fue un tema exitoso, alcanzando el número uno en la lista Billboard Hot 100 a principios de 1983. Pero lo que nadie podía prever es que más de cuatro décadas después seguiría presente en playlists de millones de personas EN TODO EL TIEMPO, trascendiendo generaciones, modas y plataformas tecnológicas. De hecho, su popularidad ha crecido con el tiempo, convirtiéndose en un auténtico himno nostálgico y emocional.

Lo que convierte a «Africa» en una canción tan especial no es solamente su éxito comercial, sino su capacidad de evocar sensaciones muy profundas en quien la escucha. Según los investigadores, la combinación de ritmos, armonías y melodía logra una estimulación intensa en áreas del cerebro asociadas con la dopamina, la emoción y la memoria afectiva. En otras palabras, no solo nos gusta: nos produce un placer genuino, físico y emocional.

Los estudios realizados se apoyaron en tecnología de punta: escaneos cerebrales por resonancia magnética funcional (fMRI) y electroencefalogramas que monitoreaban la actividad neuronal en tiempo real. Los participantes fueron expuestos a distintos clásicos de la música, y los resultados mostraron que «Africa» destacaba por su capacidad de generar una respuesta emocional intensa, duradera y positiva.

Una receta musical casi perfecta

Desde un punto de vista técnico, «Africa» es una joya de la producción musical. La canción mezcla elementos del pop ochentero con sintetizadores brillantes, líneas de percusión inspiradas en ritmos africanos y una estructura armónica equilibrada, pero lo suficientemente compleja como para mantener el interés auditivo. Todo ello conforma una atmósfera envolvente que, sin ser estridente ni demasiado dramática, invita a la introspección, la ensoñación o el simple disfrute del momento.

David Paich, miembro fundador de Toto y uno de los autores de la canción, explicó en varias entrevistas que la inspiración vino de documentales sobre África que lo impresionaron profundamente en su juventud. Aunque él mismo nunca había visitado el continente en ese momento, su visión romántica y algo mística quedó plasmada en una letra que habla de viajes, paisajes lejanos y emociones que trascienden lo concreto.

Frases como «I bless the rains down in Africa» (bendigo las lluvias en África) no describen una situación literal, sino una emoción casi espiritual que resuena con la nostalgia, el deseo de lo desconocido y la belleza de lo lejano. En un mundo cada vez más digital y cercano, esa sensación de distancia y maravilla parece, paradójicamente, más vigente que nunca.

El impacto neurológico del sonido

Uno de los hallazgos más interesantes del estudio es que la música nuede modificar nuestra actividad cerebral en tiempo real. Las melodías, los tonos y los compases tienen la capacidad de estimular conexiones neuronales específicas que nos hacen experimentar placer, ternura, energía o incluso melancolía.

En el caso de esta canción, la sucesión armónica y la cadencia vocal tienen un ritmo que parece sincronizarse naturalmente con el latido del corazón y la respiración, según la ciencia. Eso genera una especie de «alineación emocional» que nos coloca en un estado de bienestar, casi de trance ligero. No es magia, es biología musical.

Además, el cerebro humano tiende a disfrutar de patrones rítmicos predecibles pero con pequeñas variaciones. Es decir, nos gusta saber qué viene, pero también nos gusta sorprendernos un poco. «Africa» maneja ese equilibrio con maestría: ofrece una base reconocible, pero incluye detalles musicales que mantienen la atención y despiertan emociones distintas en cada escucha.

La música tiene un poder que va más allá de lo racional. Nos conecta con emociones, recuerdos y sensaciones que muchas veces ni siquiera podemos explicar con palabras. Y entre todas las canciones del mundo, hay algunas que destacan por su capacidad de hacernos sentir vivos, de provocar placer puro, de acompañarnos en el viaje emocional de la vida.

Lo último en Ciencia

Últimas noticias