Descubrimientos

Conmoción en la NASA por el hallazgo de un exoplaneta a 40 años luz que podría tener atmósfera y albergar agua

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Exoplaneta TRAPPIST 1e. Foto: Universidad de St Andrews
  • Ana López Vera
  • Máster en Periodismo Deportivo. Pasé por medios como Diario AS y ABC de Sevilla. También colaboré con la Real Federación de Fútbol Andaluza.

Un estudio publicado en la revista Astrophysical Journal Letters ha sacudido a la comunidad científica internacional. La investigación, liderada por un equipo de la Universidad de St Andrews, describe un exoplaneta de tamaño terrestre que se encuentra a tan solo 40 años luz de nuestro sistema solar.

Lo más sorprendente es que podría contar con una atmósfera capaz de sostener agua en su superficie.

Exoplaneta a 40 años luz: un candidato dentro de la zona habitable

El hallazgo se centra en el cuarto de siete mundos rocosos que orbitan alrededor de una estrella enana roja: el planeta TRAPPIST-1e.

Los astrónomos han puesto especial atención en este candidato debido a que se encuentra en la llamada «zona habitable», es decir, la franja en la que las temperaturas permitirían la existencia de agua líquida, siempre y cuando esté protegido por una atmósfera.

Las observaciones sugieren que TRAPPIST-1e podría tener mares o, en su defecto, superficies heladas, dependiendo de la composición de sus gases. Este escenario lo convierte en uno de los mejores lugares identificados hasta ahora para investigar la posibilidad de vida en exoplanetas.

Cómo detecta el Telescopio James Webb de la NASA atmósferas en mundos lejanos

Para llegar a estas conclusiones, los científicos recurrieron al poder del Telescopio Espacial James Webb (JWST) de la NASA, tal y como informa DW. El equipo, utilizando el instrumento NIRSpec,  analizó cómo la luz de la estrella era filtrada por el planeta en su tránsito orbital. Esta técnica permite detectar huellas químicas que revelarían la presencia de gases pesados en la atmósfera.

No obstante, el camino no fue sencillo. Los datos iniciales estaban «contaminados» por la actividad de la estrella, lo que complicaba la interpretación.

El profesor de la Escuela de Física y Astronomía de la Universidad de St Andrews, Ryan MacDonald, coautor del estudio, explicó que fue necesario dedicar más de un año a limpiar los registros y corregir la interferencia generada por las manchas estelares.

Sólo después de este exhaustivo trabajo pudieron enfocarse en la verdadera señal procedente del planeta.

Posibles escenarios sobre este exoplaneta: atmósfera con nitrógeno o planeta rocoso sin vida

Tras la depuración de los datos, los investigadores identificaron dos escenarios principales. El más prometedor apunta a la existencia de una atmósfera secundaria rica en gases como el nitrógeno, lo que incrementaría notablemente la probabilidad de agua líquida.

Sin embargo, no se descarta la hipótesis contraria: que se trate de un planeta rocoso sin envoltura gaseosa, una simple “roca desnuda” orbitando su estrella.

Esta incertidumbre motiva aún más a la comunidad científica. El James Webb ha demostrado que cuenta con la capacidad de acercarnos a respuestas definitivas, aunque todavía será necesario acumular más observaciones.

Futuro de la investigación sobre planetas potencialmente habitables

El futuro inmediato se vislumbra alentador. Según adelantó MacDonald, el equipo planea multiplicar el número de observaciones del planeta. Mientras que hasta ahora sólo se habían registrado cuatro tránsitos, en los próximos años se espera llegar a casi veinte.

Cada nueva medición permitirá afinar los modelos atmosféricos y acercarse a una confirmación concluyente sobre la presencia de agua en TRAPPIST-1e.

De comprobarse la existencia de una atmósfera protectora, este planeta se consolidaría como uno de los principales candidatos a albergar vida fuera de nuestro sistema solar.

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