Los científicos tiemblan: un enorme volcán dormido da signos de actividad por primera vez en 700.000 años
Increíble pero cierto: un volcán en EEUU estuvo 3 días en erupción
Los geólogos alertan por el supervolcán que amenaza con entrar en erupción
Avisan del volcán que amenaza con destruir la base española en la Antártida
El misterio del cerebro de Einstein, la historia jamás contada tras su autopsia secreta
Los científicos no dan crédito: hace 10 años que el Polo Norte no está donde debería, y señalan un culpable claro
Durante siglos, un monte ubicado en el sureste de Irán, permaneció catalogado como un volcán dormido. Sin registros históricos de erupciones recientes, los expertos lo consideraban inactivo y sin riesgo significativo. Sin embargo, observaciones recientes han identificado variaciones en su superficie y emisiones gaseosas que no habían sido detectadas en siglos.
La presencia de estos signos hace que el hecho de llamarle «volcán dormido» sea objeto de revisión. La deformación del terreno y la aparición de gases sugieren que, pese a su aparente quietud, el macizo podría estar acumulando energía bajo su superficie.
¿Cuál es el volcán dormido que ahora registra movimientos inesperados?
Durante miles de años, el monte Taftán permaneció inmóvil, considerado un volcán dormido. Un estudio reciente, publicado en Geophysical Research Letters, reveló que el terreno cerca de su cima se ha elevado hasta nueve centímetros entre julio de 2023 y mayo de 2024.
Este cambio sostenido indica un aumento de la presión de gas bajo la superficie, una señal de reactivación interna. Los investigadores aclaran que este fenómeno no implica una erupción inmediata, pero sí representa un cambio notable en la dinámica interna del macizo.
Pablo González, vulcanólogo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España (CSIC), señaló que el Taftán podría considerarse más un volcán semiactivo que un gigante extinto.
El descubrimiento se basa en imágenes satelitales del programa Sentinel-1 de la Agencia Espacial Europea, analizadas por Mohammad Hossein Mohammednia. Entre 2020 y 2023, no había indicios de actividad, pero posteriormente se reportaron emisiones de gases detectables hasta a 50 kilómetros de distancia, coincidiendo con la elevación del terreno.
La geología del Taftán y su actividad reciente
El monte Taftán alcanza los 3.940 metros y forma parte de una región marcada por fallas tectónicas y actividad sísmica. Su estructura de volcán estratificado lo hace comparable al Monte Fuji o al Etna, aunque hasta ahora se había considerado inactivo.
El levantamiento del terreno y las emisiones de gases sugieren que el magma podría estar desplazándose bajo la superficie, liberando presión acumulada durante milenios. Entre los gases detectados se incluyen vapor de agua, dióxido de carbono, dióxido de azufre y compuestos como el fluoruro de hidrógeno.
Los movimientos del suelo se analizaron mediante interferometría radar (InSAR), descartando lluvias intensas o sismos como causas. Esto confirma que el fenómeno se origina en procesos internos del volcán, un indicio de que el sistema hidrotermal o una intrusión magmática están en funcionamiento.
Monitoreo y riesgos asociados a un volcán dormido
Aunque los expertos destacan que no hay señales de una erupción inminente, el levantamiento del terreno y las emisiones de gases requieren vigilancia constante. Se planea ampliar la red de observación para medir cambios en temperatura y composición gaseosa, anticipando posibles eventos futuros.
Cabe remarcar que el fenómeno se encuentra a menos de 100 kilómetros de ciudades como Zahedán. En esta misma línea, la actividad hidrotermal puede generar explosiones freáticas, flujos de lodo y emisiones de gases tóxicos, incluso sin erupciones explosivas. Esta región carece de estaciones sísmicas permanentes, lo que hace crucial el seguimiento satelital.
La profundidad del origen de la presión se estima entre 490 y 630 metros bajo la cima, lo que indica un fenómeno relativamente superficial. Esto aumenta el interés de los científicos en el comportamiento del volcán dormido y la necesidad de un monitoreo regular.
La reactivación de volcanes considerados extintos
El caso del Taftán demuestra que un volcán dormido puede mostrar actividad inesperada después de cientos de miles de años. Aunque todavía no hay señales de erupción, su comportamiento reciente evidencia que los sistemas volcánicos pueden cambiar silenciosamente, alterando la percepción de riesgo en regiones previamente consideradas seguras.
La investigación subraya la importancia de observar a largo plazo la actividad de volcanes catalogados como inactivos. Según Pablo González, la presión acumulada bajo el Taftán debe liberarse eventualmente, de manera gradual o más violenta, lo que justifica mantener la vigilancia científica.
Por último, hay que destacar que este episodio también destaca la utilidad de las tecnologías satelitales y métodos de filtrado de datos atmosféricos, que permiten detectar movimientos de centímetros y localizar con precisión la fuente de presión, incluso en zonas de difícil acceso como la frontera entre Irán y Pakistán.