Los científicos, en alerta: el deshielo de los glaciares podría reactivar volcanes y provocar mayores erupciones
Un extraño fenómeno está haciendo ‘sangrar’ los glaciares de la Tierra
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El deshielo de los glaciares, vinculado directamente al calentamiento global, tiene implicaciones que van más allá del aumento del nivel del mar. Las consecuencias de este proceso podrían extenderse a capas más profundas de la Tierra, donde el comportamiento del magma podría modificarse por la reducción de presión ejercida por las masas de hielo.
Recordemos que el peso de los glaciares funciona como una fuerza estabilizadora en zonas volcánicas. Cuando esa presión desaparece, como ocurre actualmente en muchos puntos del planeta, el equilibrio se rompe. Esta alteración podría estar generando cambios en la frecuencia y magnitud de las erupciones, un fenómeno que ya se está documentando.
¿Por qué el deshielo de los glaciares podría reactivar volcanes?
Durante la última glaciación, la gruesa capa de hielo actuó como una tapa que contenía el magma en las profundidades. Sin embargo, el actual deshielo de los glaciares elimina esa presión y modifica las condiciones bajo la corteza terrestre. La reducción del peso glacial permite que los gases contenidos en el magma se expandan más fácilmente.
Esta expansión facilita la aparición de erupciones, en muchos casos más explosivas de lo habitual. La acumulación de magma rica en sílice a profundidades entre 10 y 15 kilómetros favorece este tipo de erupciones cuando se pierde la presión que ejercía el hielo.
Una investigación internacional presentada en la conferencia de la Asociación Europea de Geoquímica, celebrada en Praga, ha confirmado esta hipótesis tras analizar seis volcanes del sur de Chile.
Uno de ellos es el volcán Mocho-Choshuenco, inactivo actualmente, pero con registros que permiten reconstruir su comportamiento durante y después de la última era glacial.
Resultados de la investigación en los Andes
El estudio, basado en técnicas como la datación por argón y el análisis de cristales volcánicos, determinó que el volumen y tipo de erupciones estaban directamente relacionados con el espesor de la capa de hielo que los cubría.
Durante el máximo glacial (entre hace 26.000 y 18.000 años):
- Las erupciones eran menos frecuentes y de menor volumen.
- El hielo contenía el magma y ralentizaba su ascenso a la superficie.
Tras el retroceso glaciar:
- Las erupciones se volvieron más frecuentes y explosivas.
- La corteza terrestre se relajó debido a la pérdida de peso.
- Los gases del magma se expandieron de forma repentina.
Estas conclusiones, según los autores, no se limitan a los Andes. El fenómeno también se ha observado en Islandia desde los años 70 y se está empezando a estudiar en otras regiones como América del Norte, Rusia y Nueva Zelanda.
¿Qué zonas con deshielo de glaciares están siendo estudiadas?
Los científicos alertan de que muchas áreas consideradas geológicamente estables podrían experimentar cambios. El deshielo de los glaciares no es homogéneo, pero sí progresivo, lo que hace prever una reactivación de volcanes que llevan siglos inactivos.
Estas son las regiones identificadas como vulnerables:
- Antártida: presencia de volcanes bajo capas de hielo cada vez más delgadas.
- América del Norte: glaciares en retroceso sobre cordilleras volcánicas.
- Rusia y Nueva Zelanda: zonas montañosas con sistemas volcánicos en entornos glaciares.
La investigación destaca que, aunque la respuesta volcánica pueda parecer inmediata en términos geológicos, los cambios en los sistemas magmáticos se desarrollan durante siglos. Este margen permitiría implementar sistemas de vigilancia y alerta temprana más eficientes.
Consecuencias climáticas y efecto dominó
Además del impacto local, el deshielo de los glaciares y la consecuente actividad volcánica pueden tener efectos globales sobre el clima:
- A corto plazo: los aerosoles reflejan la luz solar, lo que puede enfriar temporalmente la temperatura global. Un ejemplo es la erupción del monte Pinatubo en 1991, que redujo la temperatura del planeta en 0,5 °C.
- A largo plazo: múltiples erupciones incrementan la presencia de gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono.
Recordemos que las erupciones liberan aerosoles y gases que modifican la atmósfera. Este proceso podría generar un círculo vicioso: el cambio climático provoca el deshielo, este facilita nuevas erupciones y, a su vez, las emisiones volcánicas agravan el calentamiento global.