Asteroides que pasan cerca de la Tierra en diciembre 2025: cuáles son y por qué no son peligrosos
Asteroides que pasan cerca de la Tierra en diciembre 2025: cuáles son y por qué no representan peligro.
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En diciembre de 2025 volveremos a vivir ese momento del año en el que varios asteroides cercanos a la Tierra pasan a distancias relativamente pequeñas en términos astronómicos. Este tipo de noticias suele despertar cierta inquietud, pero conviene recordar que estos objetos están muy bien controlados por los sistemas de vigilancia planetaria. Quien quiera profundizar en cómo se clasifican y estudian puede echar un vistazo a esta guía sobre cometas y asteroides, donde se explica de forma sencilla de dónde vienen y cómo se sigue su movimiento.
En el lenguaje cotidiano, “cerca” puede ser unos pocos metros. En el espacio, “cerca” significa millones de kilómetros. La NASA y la ESA consideran que un asteroide pasa “cerca” cuando se sitúa a menos de 7,5 millones de kilómetros de nuestro planeta. En diciembre de 2025 tendremos varios objetos que estarán “cerca”, pero ninguno representa un peligro.
La explicación de estos encuentros está en la dinámica del Sistema Solar, con sus órbitas elípticas y sus continuos tirones gravitatorios. Para entenderlo de manera más visual, incluso con contenidos pensados para los más pequeños, puede ser útil la página de sistema solar para niños. 
Los cuatro protagonistas
Permanentemente hay objetos que pasan “cerca” de la Tierra, sin cruzar el margen que los haga peligrosos. Este diciembre hay cuatro que llaman especialmente la atención.
2025 XA1 (6 de diciembre)
Es una roca de unos 20-25 metros de diámetro, más o menos el tamaño de un edificio de seis plantas. Viaja a 15 km por segundo y pasará a 1,2 millones de kilómetros. Fue descubierto hace pocas semanas por el telescopio Pan-STARRS en Hawái.
2025 WC (12 de diciembre)
Es más pequeño, de apenas 9 a 12 metros, pero también más rápido: viaja a más de 20 km/s. Rozará los 800.000 kilómetros y será visible desde ambos hemisferios como un objeto de magnitud 15.
2025 YD (18 de diciembre)
Es un poco más grande, entre 25 y 35 metros. Su brillo cambia cada pocas horas porque gira sobre sí mismo y tiene forma de patata. Pasará a 2,5 millones de kilómetros y será uno de los más fáciles de observar, especialmente desde Europa y América del Sur.
2025 ZZ1 (28 de diciembre)
Es una piedra de 5 a 7 metros que pasará a solo 500.000 kilómetros, lo cual es apenas algo más lejos que la Luna. Es tan pequeño que, si entrara en la atmósfera (cosa que no hará), se quemaría completamente a gran altura y dejaría un bonito meteoro navideño.
Sin peligro
Hay varias razones para no temer nada. Primero, el tamaño. Todos son menores de 35 metros. Un asteroide necesita superar los 140 metros y acercarse mucho más para ser catalogado como “potencialmente peligroso”. Ninguno cumple ni de lejos ese requisito. Segundo, la distancia. El más cercano del mes pasará más lejos que la Luna.
Así mismo, es de anotar que estos objetos no aparecen de sorpresa. Se descubren con varias semanas o meses de antelación. Decenas de telescopios profesionales y cientos de aficionados los observan cada noche.
Sus órbitas se calculan con precisión de metros y se actualizan cada día. Si en algún momento hubiera la más mínima posibilidad de impacto, tendríamos años para prepararnos.
Los protectores
Detrás de todo hay una red mundial impresionante: Pan-STARRS en Hawái, ATLAS en Chile, Sudáfrica y Hawái, Catalina Sky Survey en Arizona, NEOWISE en el espacio y el futuro Vera C. Rubin en Chile.
Todos estos centros buscan puntos que se muevan. Cuando encuentran uno nuevo, se activa un protocolo automático. Los observatorios de España, Italia, Japón, Australia y muchos más lo apuntan esa misma noche para obtener más datos. En pocos días ya se sabe si debe generar interés o simplemente es un objeto más.
Así mismo, la ciencia ya sabe cómo desviar asteroides si hace falta. En 2022 la misión DART chocó deliberadamente contra Dimorphos y cambió su órbita 32 minutos. Fue una prueba perfecta. Si algún día aparece un objeto realmente peligroso, existe la tecnología para empujarlo y que pase de largo.
Un gran aprendizaje
Los objetos que pasan cerca son una mina de información. Cada asteroide es una cápsula del tiempo que lleva más o menos 4.500 millones de años viajando. Algunos son ricos en carbono, otros en hierro y níquel, algunos incluso podrían contener agua congelada.
Observarlos de cerca permite recoger información sobre cómo se formó el sistema solar. De paso, también se evalúa si son posibles fuentes de recursos para futuras misiones espaciales.
Otros eventos, otras visualizaciones
Diciembre, además, traerá otros fenómenos celestes que nada tienen que ver con los asteroides, pero sí ayudan a que muchos vuelvan a mirar al cielo. Entre ellos destacan las Úrsidas 2025 y otras lluvias de meteoros del mes, formadas por restos de polvo cometario que se desintegran en la atmósfera. Es un buen ejemplo de por qué la mayor parte de los cuerpos menores que nos rodean no supone ninguna amenaza real: se consumen antes de llegar al suelo.
El calendario astronómico se completa con una bonita conjunción de Venus y Júpiter, una superluna y un eclipse penumbral de Luna. También será un buen mes para seguir la aparición de Mercurio al amanecer y el acercamiento aparente entre Marte y Saturno.
Lejos de representar un peligro, estas aproximaciones son una oportunidad perfecta para apreciar cómo se mueve nuestro vecindario cósmico y para disfrutar de un mes especialmente activo para la observación astronómica.
Lecturas recomendadas
Temas:
- Asteroide