Descubrimientos

Sorpresón monumental entre los astrónomos: descubren algo inesperado oculto tras las 7 estrellas Pléyades

Lluvia de estrellas
Cielo estrellado.
  • Manuel Morera
  • Periodista y fundador del pódcast V9, el programa de F1 más escuchado de España. Universidad de Valencia y Radio 3. Anteriormente en ElDesmarque, Levante TV y Las Provincias.

Durante años se creyó que las estrellas Pléyades eran un pequeño cúmulo perfectamente localizado en la constelación de Tauro. Si los agujeros negros todavía sorprenden a los astrónomos, el siguiente descubrimiento no se queda muy atrás.

Y es que una nueva investigación ha descubierto que lo que vemos a simple vista sólo es el núcleo de una estructura mucho mayor.

El hallazgo ha sido publicado en The Astrophysical Journal, y cambia por completo la dimensión real de este famoso grupo de estrellas. En realidad, se trata de un complejo estelar que se extiende a lo largo de casi 2.000 años luz.

Las estrellas de Pléyades forman parte de un complejo estelar de 2.000 años luz

Las Pléyades, también conocidas como las Siete Hermanas, han sido durante siglos uno de los cúmulos más estudiados y reconocibles del cielo nocturno.

No obstante, el nuevo trabajo liderado por investigadores de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill demuestra que este grupo sólo es el núcleo denso de una estructura mucho mayor, bautizada como el complejo Greater Pleiades.

Este complejo se extiende aproximadamente 1.950 años luz a través de nuestra galaxia y agrupa a miles de estrellas relacionadas entre sí. Todas ellas se formaron en una misma nube gigante de gas y polvo, una auténtica cuna estelar de dimensiones colosales.

Cómo se comportan las estrellas de Pléyades

Otra curiosidad es que las estrellas no permanecen unidas para siempre. Cuando nacen, lo hacen en grupos densos dentro de nubes moleculares frías.

Durante decenas o incluso cientos de millones de años, la gravedad logra mantenerlas unidas, mientras los vientos estelares y la radiación expulsan el gas sobrante.

Pero con el tiempo, esas estrellas se dispersan por la Vía Láctea y se mezclan con otras poblaciones estelares, volviéndose muy difícil reconstruir sus orígenes comunes.

Lo más importante de este estudio es que consigue precisamente eso, ya que vuelve a unir a estrellas que llevan millones de años separándose por el espacio.

Cómo los astrónomos han reconstruido la familia estelar de las Siete Hermanas

Para identificar a los miembros del Greater Pleiades, los investigadores combinaron tres grandes fuentes de datos astronómicos: las observaciones de rotación estelar del satélite TESS, las mediciones de posición y movimiento de la misión Gaia y los datos químicos proporcionados por el Sloan Digital Sky Survey (SDSS).

El giro de las estrellas ha sido clave en este trabajo. A medida que envejecen, las estrellas similares al Sol van reduciendo su velocidad de rotación. Al medir esas variaciones periódicas de brillo causadas por manchas estelares, TESS permite estimar sus edades con bastante precisión.

A este reloj estelar se añadieron los datos de movimiento de Gaia, que permiten saber cómo se desplazan las estrellas por la galaxia. Si varias estrellas se mueven juntas en el espacio y tienen edades similares, es muy probable que compartan un origen común.

El tercer pilar ha sido la química. Las estrellas que nacen en una misma nube heredan una composición química muy parecida.

Por separado, ninguno de estos métodos bastaba para revelar la estructura completa. Pero juntos han permitido reconstruir una especie de árbol genealógico estelar a gran escala y acercarnos a los orígenes del universo.

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