Descubrimientos

Los científicos no dan crédito: los tomates de una isla del Pacífico evolucionan al revés, y creen saber la causa

Tomates evolucionan contra la teoría de Darwin, tomates de las Galápagos no siguen la teoría de la evolución, descubren tomates que retroceden millones de años, descubrimiento científico.
Tomates.
  • Manuel Morera
  • Periodista y fundador del pódcast V9, el programa de F1 más escuchado de España. Universidad de Valencia y Radio 3. Anteriormente en ElDesmarque, Levante TV y Las Provincias.

Los tomates son uno de los alimentos más fascinantes que existen. No sólo son relevantes desde el punto de vista de la agricultura sostenible y del ahorro de agua, sino que también pueden reescribir una parte fundamental de la biología evolutiva.

Esa es la conclusión a la que han llegado en una investigación publicada en la revista científica Nature Communications. Unos tomates silvestres de las Islas Galápagos están recuperando rasgos bioquímicos que habían desaparecido hace millones de años. Un retroceso que rivaliza con el propio Darwin.

Los tomates de las Galápagos que cambian la teoría de la evolución

La especie protagonista es Solanum cheesmaniae, un tomate silvestre endémico de las Galápagos. A simple vista no llama la atención, ya que es un pequeño fruto amarillo, del tamaño de una cereza, que crece en distintas islas del archipiélago.

Lo extraordinario no está en su aspecto, sino en su química interna. Según el estudio, las poblaciones que habitan en las islas más jóvenes y áridas (como Isabela, formada sobre terreno volcánico reciente) están recuperando una molécula defensiva ancestral que sus antepasados habían dejado de producir.

Se trata de un tipo de alcaloide esteroidal (SGA), una sustancia que las solanáceas utilizan como escudo químico frente a patógenos. Estas moléculas existen en dos versiones llamadas isómeros quirales, equivalentes a imágenes en espejo.

Durante millones de años, los tomates modernos evolucionaron hacia la producción del isómero 25S, que parecía adaptado a sus entornos habituales. Sin embargo, los tomates silvestres de las islas jóvenes han vuelto a generar el isómero 25R, considerado ancestral. En otras palabras, han dado un salto evolutivo hacia atrás.

La enzima de los tomates que reescribe las teorías de Darwin

Otro factor relevante del estudio es que han podido identificar a la enzima (GAME8) responsable de este retroceso biológico. Es una proteína que actúa como una especie de interruptor químico que determina qué versión del SGA sintetiza la planta.

Y el proceso no es extenso. Con apenas ocho mutaciones en los aminoácidos de GAME8 basta para que una planta moderna cambie del isómero 25S al 25R ancestral.

Este comportamiento se opone frontalmente a la idea clásica de una evolución que siempre va hacia delante. Mientras que en las islas antiguas, como San Cristóbal, los tomates siguen produciendo el isómero moderno; en las islas jóvenes y áridas las plantas están rescatando un tipo de defensa antigua.

En resumidas cuentas, el descubrimiento científico demuestra que la evolución puede rebobinar su propio código cuando el entorno lo exige. Es decir, no siempre avanza hacia nuevas formas, sino que en ocasiones recupera soluciones del pasado que vuelven a ser útiles.

Implicaciones científicas del descubrimiento en las Islas Galápagos

Este descubrimiento no sólo reescribe parte de la historia evolutiva del tomate. También abre una puerta a nuevas formas de diseñar fármacos y cultivos mediante biotecnología.

Por ejemplo, en farmacología, la quiralidad molecular es crucial. Esto se produce cuando dos moléculas idénticas, pero invertidas pueden tener efectos completamente diferentes.

Comprender cómo GAME8 controla esta orientación química podría permitir crear medicamentos más seguros, precisos y selectivos. Además, podría ayudarse a diseñar plantas capaces de producir moléculas beneficiosas o eliminar otras que resultan tóxicas.

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