Los peores niños jugando al escondite

Una de las principales acciones que consigue fortalecer los vínculos afectivos entre padres e hijos es pasar tiempo juntos. Por eso, aunque la agenda esté muy completa y los compromisos sean muchos, los adultos siempre deben encontrar un tiempo para pasarlo con los pequeños de la casa.
Los fines de semana son el momento perfecto para estar junta la familia y disfrutar con propuestas tales como juegos en casa. En concreto, el escondite es uno de los que más divierte y entretiene a los niños, pero está claro que algunos juegan fatal. Precisamente nos estamos refiriendo a los que protagonizan las divertidas fotografías que te vamos a mostrar a continuación.
Se trata de menores que aún no controlan demasiado esto de ocultarse por completo para no ser “cazados” por sus padres:
1-Detrás del árbol
Indiscutiblemente no podemos negar que esconderse detrás de un árbol es una buena idea para no ser pillado y así lo debió pensar este niño. El único fallo que cometió es que no calculó demasiado bien el grosor de ese elemento vegetal y claro se le ve a la distancia. Eso sí, hay que reconocer que es capaz de mantenerse quieto y no moverse para no ser cazado por sus padres. Algún mérito tenía que tener.
2-Oculto tras el albornoz
Imposible que me pillen papá y mamá. Esto es seguro lo que pensó el menor de esta otra fotografía cuando decidió que el mejor lugar para ocultarse era detrás del albornoz que había en el cuarto de baño de su casa. Pero se le olvidó un pequeñito detalle sin importancia: las piernas quedaban totalmente al aire.
Está claro que a estas alturas de su vida, el niño no controla demasiado el juego del escondite y piensa que teniendo tapada su cabeza ya es como Harry Potter cuando recorría Hogwarts oculto bajo su capa mágica: se volvía invisible.
3-Así seguro que paso desapercibido
Cuando el padre o la madre de este niño le viera de esta guisa seguro que no pudo parar de reír. La inocencia del pequeño y, sobre todo, su incapacidad para esconderse sólo pueden hacernos soltar una carcajada.
Está claro que no domina aún mucho la técnica del juego del escondite y que no sabe que por más que se tape la cabeza el resto del cuerpo sigue estando a la vista. Eso o que pensó que no sería descubierto si se “disfrazaba” de caja de Lego.
No sabemos quien ganó la “partida”, pero seguro que este niño no, a no ser que se le dejara ganar por su originalidad.
4-¿Un cojín con piernas?
La tecnología y el interiorismo cada vez nos sorprenden con artículos más fascinantes, que le otorgan un carácter moderno e innovador a cualquier estancia del hogar o a cualquier mueble. Sin embargo, aún no se ha llegado a presentar un cojín con piernas como el que aparece en esta fotografía.
El niño que estaba jugando con sus papás seguro que pensó que había encontrado el escondite perfecto y además el más cómodo, pues así descansaba mientras le buscaban. Pero no controló demasiado la parte de sus extremidades que se quedaba al aire. Es más, posiblemente lo único que estaría pensando es que se había ocultado tan bien que incluso corría el riesgo de que alguno de sus mayores llegara a sentarse encima de donde estaba.
5-Libros fuera
A muchas personas les sucede cuando empiezan a conducir su coche propio que no calculan demasiado el tamaño del mismo a la hora de aparcarlo. Y algo parecido, pero en relación con su propio cuerpo, es lo que le pasa a este niño. En concreto, lo que le ocurre en el momento de esconderse para no ser pillado por sus papás es que no “tiene referencias” de su trasero y eso le dificulta saber si este se queda fuera o no de la estantería en la que se ha metido.
Tenía claro que el escondite era perfecto, así que tiró todos los libros y se coló dentro, pero le ha fallado la intención y ha sido pillado, es decir, “le ha ido de culo”.
Estos son algunos de los pequeños que peor juegan al escondite, pero no son los únicos. Si navegamos un poco por la Red nos encontramos con otros que indiscutiblemente nunca conseguirán ganar:
-
Los hay que se ocultan detrás de las cortinas dejando al descubierto tanto sus pies como parte de sus piernas.
-
También están los que tienen la brillante idea de meterse bajo las sábanas para ser confundidos con estas. El problema es que no se tumban en la cama sino que se quedan sentados como si del niño de la película “Los otros” se tratase.
-
Luego está el menor que se esconde detrás del sofá pero deja a la vista sus pies que, además, no para de mover.