Conoce al niño más solitario del mundo
Que la natalidad en muchos rincones del planeta ha disminuido es innegable, como también lo es el hecho de que se ha producido un éxodo notable hacia las ciudades en general, provocando que queden prácticamente desiertos numerosos enclaves rurales. Y de todo eso es un gran conocedor y afectado un niño que se ha dado a conocer como “el más solitario del mundo”. Sigue leyendo y sabrás de quién se trata.
¿Quién es?
Bajo tan singular calificación se encuentra Aron Anderson, un menor de 10 años, que se ha convertido en el único niño que vive en una remota isla escocesa llamada Out Skerries, que forma parte del archipiélago de las Islas Shetland. Un enclave donde residen 40 personas, quienes viven básicamente de la pesca y que cuentan únicamente con un banco y dos tiendas.
¿Cómo es su día día?
Como ya hemos mencionado, Aron es el único niño de toda su población. De ahí que sea, además, el único alumno de la escuela que existe y que está dotada con biblioteca, instalaciones deportivas y dos aulas. Sin embargo, a pesar de todo, no puede disfrutarlas en compañía de nadie, pues sólo está él como estudiante.
Y así es como pasa su día a día en el aula, únicamente con su profesora, y luego, cuando regresa a casa, los únicos amigos que tiene para jugar son su perro, los rebaños de ovejas y también los patos.
Salta a la actualidad
Hace unos meses, a través del periódico “The Telegraph”, fue cuando se dio a conocer el singular caso de este menor que sorprendió a todo el mundo y que enterneció de igual modo. Y es que se planteó la dureza de su día a día, en el que no puede compartir juegos ni aventuras ni experiencias con otros pequeños de su edad.
Con titulares como “El solitario niño que es el único alumno de su escuela” o “El niño de 10 años que se vio forzado a hacerse amigo de los patos en la remota isla en la que vive” fue cómo se nos presentó la situación de este pequeño. Una situación que lleva viviendo varios años, desde que las difíciles situaciones que se produjeron dentro del mercado del salmón llevaron a que los otros cuatro pequeños que residían en la isla se marcharan de la misma con sus familias.
Desde ese momento, Aron está solo como niño. Sin embargo, eso no impide que reconozca que le encanta vivir en la isla, que le fascina recorrerla en su bicicleta y que disfruta enormemente nadando en el mar cuando llega la época de verano. Aún así los adultos de la isla le prestan toda la atención que pueden y se preocupan constantemente por cómo se encuentra, ya que parece ser que otros menores que antes estuvieron en el lugar en su misma situación sufrieron algunos problemas a nivel psicológico.
Numerosos apoyos
Desde que el caso de este pequeño escocés saltara a los medios de comunicación, muchas son las personas que se han enternecido con el mismo y que no han dudado en trasladarle su cariño y su apoyo. Así, esta pasada Navidad consiguieron que le llegaran a su casa ni más ni menos que las cartas de 9.000 desconocidos que quisieron darle regalos, sus muestras de cariño y evitar así que pudiera sentirse solo.
Pero no sólo en esas fechas tan señaladas recibe correos. En concreto, no ha cesado la correspondencia que le llega a casa y que le hace sentirse especial, único y querido incluso por gente que no conoce. Más exactamente se ha hecho público que tres veces a la semana un ferri atraca en Out Skerries para llevar la correspondencia a los vecinos y, sin lugar a dudas, el que más cartas recibe es Aron.
Gracias a todas esas misivas ya no se siente triste, recibe el calor y los ánimos de personas de muchos rincones del planeta, tales como Italia, Rusia, Estados Unidos o Canadá, por ejemplo. Auténticos ciudadanos anónimos que se han convertido en los responsables de que este niño viva con ilusión constante día a día, tanto por recibir sus cartas y conocer sus historias cómo por sentirse querido, incluso por gentes que no ha visto y que no verá jamás frente a frente.
Pero afortunadamente ese cariño también lo recibe a través de las redes sociales, ya que son muchos los internautas que le han dejado sus nombres en Facebook o Twitter para que pueda mantener un contacto más o menos permanente con los mismos.
Y así es como Aron sigue físicamente sin amigos presenciales en su día a día. Sin embargo, afortunadamente, cada vez se siente menos solo pues sabe que a kilómetros de distancia hay gente que le demuestra su apoyo y que le insuflan energía y positividad.