10 consejos para que consigas que tu hijo o hija te escuche

Los niños suelen obedecer cuando les pedimos que nos hagan caso, pero ¿hacen lo mismo cuando queremos que nos escuchen al hablarles? Muchas veces solicitamos o explicamos algo al niño o niña y este sigue en sus juegos o juguetes o sencillamente ni tan siquiera nos escucha (una situación que además se convierte en algo habitual si se trata de adolescentes). No tenemos porqué desesperarnos, sino que debemos tener paciencia y recurrir a estos 10 consejos para conseguir que los niños escuchen.

10 consejos para que consigas que tu hijo o hija te escuche

Los niños son capaces de abstraerse en su imaginación o en lo que estén haciendo (especialmente si se trata de algo que les gusta) hasta tal punto que a  veces, parece que ni siquiera oyen las voces a su alrededor. Una situación que dependiendo de cada caso puede llegar a ser desesperante si tenemos en cuenta que muchas veces el hecho de que los niños no nos escuchen, supondrá que nos desobedezcan o que sencillamente se salten las normas que deben cumplir. Por suerte tenemos trucos que nos van ayudar a que los niños pequeños (y los que no lo son tanto), nos oigan y sobre todo, escuchen bien lo que les decimos.

1/Mostrar más que decir

Si tienes que decirle a un niño que tire una hoja de papel, no solo debes dar la orden, sino también mostrarle cómo hacerlo. El niño es extremadamente concreto y necesita respuestas concretas. Además, piensa que si le dices o le pides algo a un niño o niña pequeño es posible que todavía no sepa hacerlo y pienses que no te está escuchando. ¿Cómo le puedes decir que recoja su habitación si nunca lo ha hecho antes? Debes explicar las cosas, y a partir de ahí ya podrás pedirlas.

2/ Coloca carteles

Esto es especialmente aconsejable para los niños que ya saben leer. Estarán intrigados por lo que estamos haciendo y leer el mensaje con seguridad también les ayudará a no olvidar las cosas. De este modo cuando les digamos que hagan lo que pone en los letreros de la cocina, ya sabrá con solo leerlo una vez que debe lavar su vaso del desayuno o que tiene que cerrar bien la puerta de la nevera en caso de abrirla. Seguro que ahorrarás en palabras y peticiones.

3/ Usa palabras «clave» o concretas

A veces, solo una palabra es suficiente. Después de explicarles las cosas, para que nuestros hijos nos escuchen, tendremos que concentrarnos en decir específicamente lo que deben hacer. Por ejemplo, si es su turno de lavar los platos, simplemente debes decir la palabra platos. Te darás cuenta que al  pronunciar esa única palabra, el niño o niña te hace más caso que si te explayas en todo un discurso pidiendo que haga su tarea.

4/ Se gracioso

Cuando se trata de pedir a los niños que nos escuchen porque les vamos a pedir que hagan algo, no todo tiene porque ser enfocado desde el punto de vista negativo. Ofrecer un poco de alegría y juego al niño cuando nos relacionamos con él ciertamente ayudará a hacernos escuchar. Si somos demasiado rígidos acabamos volviéndonos aburridos y el niño no tendrá ningún interés en escuchar lo que tenemos que decir.

5/ Predica con el ejemplo

Si le decimos al niño o niña que no grite y luego somos los primeros en gritar, seguro que el pequeño/a no nos escuchará porque le será más fácil (y más cómodo) seguir el ejemplo que tiene ante él/ella que obedecer una regla que nosotros mismos no cumplimos. Otro ejemplo: si somos los primeros en tener el teléfono en la mano todo el día, entonces no podemos esperar que nuestro hijo no mire la tablet o quiera estar delante de su móvil a todas horas.

6/ Divide lo que quieres decir

A la hora de pedir algo a los niños, si queremos que nos escuchen será bueno dividir nuestras solicitudes en pequeñas partes. Será más fácil para el niño escucharnos. Por ejemplo, de nada sirve pedirle varias cosas a la vez. Es mejor separarlas y pedir las cosas poco a poco o una a una. Al pequeño/a le resultará más fácil atender las solicitudes y prestar atención a lo que estamos diciendo.

7/ Comprobemos si los niños están receptivos

A veces nuestro hijo/a no nos escucha simplemente porque tiene una necesidad física más urgente, como dormir, tener hambre o moverse. Tratemos de entender si nuestro hijo/a está receptivo/a y solo entonces, mirándolo a los ojos, le podremos hablar y que nos escuche.

8/ No manipules, colabora

Si por ejemplo vamos al supermercado y obligamos a los niños que nos acompañen, y luego les prometemos que si son buenos iremos al parque les estamos manipulando. Si, por el contrario, conseguimos ayuda con la compra, por ejemplo haciéndole coger una cosa de un estante en lugar de otra, el niño estará más dispuesto a escucharnos.

9/ Seamos pacientes y demos tiempo a los niños

Cada persona tiene su propio tiempo, por lo que tendremos que ser buenos esperando que averigüen lo que les pedimos que hagan. Atrapados en un frenesí, a veces no nos damos cuenta de que exigimos las cosas demasiado rápido. Por eso respetemos un pocos sus tiempos y asegurémonos que han entendido lo que les hemos dicho.

10/ Estemos conectados con nuestro hijo o hija

Por último, si queremos conseguir que los niños nos escuchen, será bueno hacer un examen de conciencia y preguntarnos, ¿le estamos diciendo cosas a nuestro hijo/a para que las entienda o estamos usando un lenguaje demasiado difícil? ¿Lo miramos a los ojos? ¿Nos aseguramos de estar conectados con él y de hacernos entender? Si nos identificamos con él y entramos en su lógica, es más fácil para él escucharnos plenamente.