La Audiencia archiva la causa contra la edil Truyol a la que el fiscal pedía cuatro años por los vertidos

En plena precampaña electoral para las elecciones municipales del 28M, la Audiencia Provincial ha archivado la causa contra la concejala independentista de Més en el Ayuntamiento de Palma y cabeza de lista de esta formación, Neus Truyol, a la que el fiscal pedía cuatro años por los vertidos de aguas fecales a la Bahía de Palma.

De golpe y porrazo, la Audiencia ha aceptado todos los recursos que fueron presentados por los seis acusados, ha archivado el caso, y puesto punto y final a la causa judicial, pese a la evidencia de unos vertidos por los que nadie tiene que asumir responsabilidad alguna, según la Audiencia .

La expresidenta de Emaya y actual regidora de Modelo de Ciudad, Vivienda Digna y Sostenibilidad, ha sido así exculpada de cualquier indicio de delito medioambiental, en modalidad omisiva por los constantes vertidos de aguas sucias a la Bahía de Palma durante la pasada legislatura cuando era presidenta de la empresa municipal Emaya. Unos hechos por los que la Fiscalía le pedía, inicialmente, hasta cuatro años de cárcel.

En concreto hace un año, abril de 2022, el Juzgado de Instrucción Número 12 de Palma dictó un auto en el que apreciaba indicios de delito por parte de Truyol por los vertidos de aguas fecales a la bahía de Palma.

El juez presentó el auto a Fiscalía para que redactara el correspondiente escrito de acusación contra la regidora y otras personas investigadas en la causa.

En febrero de 2020, Truyol fue citada a declarar en el Juzgado de Vía Alemania en calidad de investigada por un presunto delito medioambiental en relación a los vertidos de aguas mixtas (pluviales y residuales) de la depuradora de Palma.

La expresidenta de Emaya, como es lógico, negó en sus declaraciones que el Ayuntamiento no actuara para intentar resolver el problema de los vertidos, y defendió que se gestionaron correctamente los fondos del canon de saneamiento.

Además, aseguró que el área de Medio Ambiente aprobó un plan de saneamiento que recogía la necesidad de una nueva depuradora para el Coll den Rabassa que debía impulsar el Estado.